Chonta y olivo para muebles finos

Junto a uno de sus comedores.    Simón Ordóñez posa sentado en la mesa del comedor que tiene en su departamento.

Junto a uno de sus comedores. Simón Ordóñez posa sentado en la mesa del comedor que tiene en su departamento.

Un mueble fino tiene muchas condicionantes de diseño. Características que lo vuelven único e irrepetible; muy solicitado.

Estos muebles son los que diseña y fabrica, desde hace unos ocho años, Simón Ordóñez, un cuencano afincado en Quito desde hace tres décadas y que, sin embargo, no ha perdido el clásico ‘cantado’ morlaco.

Ordóñez tiene 47 años, una profesión y un oficio. Porque además de que es sociólogo, estudió diseño industrial en el, en ese entonces, Escuela Metropolitana de Diseño de Quito.

La sociología le ocupa varios días desde hace 15 años; el diseño industrial desde hace seis, de forma continua.

En ese tiempo fundó su taller de diseño y fabricación de mobiliario llamado Etnos, cuyo cuartel está emplazado en La Morita, en la parroquia de Tumbaco.

Allí, junto a Noé Benavídez, Sergio Chilca, Darío Tomalá, Marcelo Cushi y Raúl Acero, pone un cuerpo de madera a sus ideas, las mismas que abarcan un amplio espectro de muebles: desde una lámpara hasta un juego completo de sala, comedor o dormitorio.

Claro, como los tiempos están difíciles, explica Ordóñez, “también fabricamos muebles modulares en tableros aglomerados, de MDF o contrachapados. Hacemos clósets, muebles de cocina y, en general, todo el mobiliario para los hogares actuales”.

Para eso, Ordóñez realizó una fuerte inversión en máquinas herramientas, las mismas que garantizan un trabajo bien hecho. Sierras de varios tipos, cepilladoras, amoladoras, algunas caladoras, pulidoras y otras máquinas se distribuyen con armonía en su amplio y ventilado taller. Una casona ubicada en el costado suroriental sirve de oficina, bodega y ‘showroom’.

De esta gran carpintería salen los bosquejos de Ordóñez convertidos en muebles de alta gama; que son su carta de presentación.

Son muebles originales, ergonómicos y muy estéticos, afirma el Arq. Pedro Zeas, quien siempre amuebla sus obras con las creaciones del sociólogo diseñador.

Es más, la propia casa de este profesional está amoblada con los ingenios de Ordóñez, desde la gran puerta de entrada hasta los dormitorios y el estudio.

Ordóñez utiliza la madera. Pero solamente de dos tipos: el olivo y la chonta, dos maderas muy finas y muy duras, que tienen vetas diferentes pero igual de hermosas. El olivo, que le llega desde la provincia del Cotopaxi, tiene un color marfil; la chonta, que trae desde el noroccidente de Pichincha, contrasta con su negro veteado y laminado. La unión de las dos maderas produce un efecto estético de gran impacto visual.

“Mi primer comprador fue Iván Carvajal, profesor de sociología de la Universidad Central. Luego he amoblado conjuntos, casas particulares, edificios...”.

¿Ejemplos? El proyecto Mirador del Pichincha, el conjunto habitacional del Magisterio ubicado en San Enrique de Velasco... Y las casas de varios amigos, arquitectos y familiares...

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