La intervención, liderada por el Arq. Jesús Loor, tuvo dos fases. En la primera se afrontaron los trabajos de albañilería y estructuras; en la segunda, se pusieron a punto las innovaciones en el escenario, la tramoya y los sistemas de iluminación y seguridad.
En la primera fase, apunta Loor, se trabajó en el mejoramiento y actualización de las estructuras y los cielos rasos, en la colocación de recubrimientos acústicos en paredes laterales, en la instalación de los pisos de madera y vinil y en la restauración de las puertas de madera.
También se derrocaron las paredes de los baños y se mejoraron las baterías sanitarias.
Se rehabilitaron, asimismo, los sistemas de iluminación del ingreso, de los corredores, platea y de las baterías sanitarias.
Finalmente, en esta etapa de intervención se realizó el retiro, retapizado y reinstalación de butacas. José Yánez, uno de los operadores del teatro, dice que las butacas son lo único antiguo, pero totalmente retapizadas.
Además, explica Yánez, se redujo el número de asientos: de 1 000 originales a 820, divididos en la luneta y la platea.
En la segunda fase de la rehabilitación integral, el IMP construyó la estructura metálica o parrilla del sistema de tramoya y realizó los montajes de los sistemas de iluminación escénica, cortinaje y otras instalaciones especiales en el escenario.
Para las instalaciones del nuevo sistema de sonido se realizó el tendido de tuberías y la instalación de cables para los diferentes puntos de salidas de sonido, micrófonos y pedestales, altavoces-parlantes y otros equipos.
Se incorporaron, asimismo, sistemas tecnológicos de punta como sensores de movimiento y vigilancia, detectores de humo, luces estroboscópicas y estaciones manuales de alarmas.
El teatro posee actualmente, explica Carlos García, de la empresas Easa, encargada de esta digitalización y la electrónica, 16 cámaras de seguridad, tres cámaras motorizadas que vigilan y filman todo en el interior, tres videos de proyección, una mezcladora de sonido de señal y señal…
Todos estos sistemas son manejados desde un panel central computarizado y totalmente automático. Este panel está a cargo de tres personas: José Yánez, Giovanni Quintana y Jorge Villegas.
Los tres también son expertos en manejar los antiguos proyectores de películas que posee el teatro y que fueron preservados.
En síntesis, la Universidad Central del Ecuador cuenta desde este mes con un renovado espacio para la presentación de diferentes actividades artísticas y eventos académicos: su icónico teatro.
Ese fue el caso, por ejemplo, de Gisela Almeida, quien cursa el cuarto año de Economía. “Está lindo. Totalmente renovado. Ahora solo falta que lo vuelvan productivo y no corra la suerte de otros bienes que, por la falta de uso, se vuelven a deteriorar rápidamente”.