De lo visto a lo pintado. Las oficinas, recepciones y salas de reuniones corporativas actuales están tan alejadas de las de hace apenas una década como la Tierra de Marte.
El concepto tradicional de oficina está muerto y enterrado. Y solamente se observa en aquellas empresas que no se han subido en el tren digital, que no corre sino vuela; o en los bufetes de profesionales y empresas que se aferran a una tradición ya desfasada.
Como afirma El Mundo digital, la imagen de una estancia repleta de papeles, archivadores, PC y fotocopiadoras, con una gran mesa de despacho y un ejecutivo pegado al teléfono, ya es más que obsoleta.
Anticuadas también son esas oficinas que tienen un sinnúmero de cubículos cerrados, todos girando alrededor del búnker que ocupaba el jefe máximo.
Esa concepción vertical del diseño de oficinas está perdiendo terreno rápidamente. ¿La razón? Las nuevas formas de comunicación requieren de mayor agilidad, de una relación más estrecha entre jefes y colaboradores. La comunicación sin ‘barreras’ hasta mejora la relación interpersonal, explica el doctor Hernán Carrera.
La actualidad es más horizontal. Con oficinas amplias, integrales, sin divisiones; donde la comunicación es fluida y las relaciones interpersonales son más democráticas, considera la arquitecta María Varela.
También es tiempo de los pequeños equipos informáticos integrados, que lo hacen todo, explica El Mundo. De momento trabajan siguiendo las órdenes del teclado, pero dentro de poco escucharán solo las instrucciones de la voz. Estos reducidos equipos procesan datos, los ejecutan, se comunican con otros ordenadores y se deshacen del material inservible.
Hay algunos que lo tienen muy claro: ‘Mi trabajo está donde quiero trabajar’, dicen.
La oficina móvil es la respuesta. Se compone de un portátil, con las mismas prestaciones que un PC de mesa, una tarjeta de comunicaciones y un teléfono móvil.
A través del teléfono, el usuario puede conectar con cualquier parte del mundo y enviar y recibir información. Ya existen en el mercado equipos muy potentes y de reducidas dimensiones. Algunos solo pesan medio kilogramo. Varios expertos barajan la posibilidad de acoplar los portátiles a cada profesión. De forma que si un arquitecto necesita hacer proyectos sobre el terreno, su ordenador le permita tomar fotografías y enviarlas a su despacho.
¿Y los reductos de las secretarias, tan llenos de teléfonos, faxes y escáneres? Pues, también van camino al olvido. Olvídese de su centralita telefónica actual, dice El Mundo. La multimedia facilitará las llamadas, el intercambio de datos y señales de vídeo desde un PC, en la oficina y fuera de ella. Las nuevas centralitas compartirán la infraestructura y los recursos de gestión con la configuración de red para datos.