En el taller de Armando Montenegro cinco obreros cortan, lijan y pulen la piedra. La jade, por ejemplo, se convierte en artesanías representativas de la cultura Pasto.
Montenegro comenzó en esta tarea hace 22 años. Montó su propio taller en donde trabaja junto a su familia. Su esposa y sus hijos le ayudan en las labores del taller y en los almacenes.
Moldean todo tipo de piedra hasta la jade, que tiene más valor que el oro. “Para las culturas pre colombinas de Mesoamérica el jade significa vida, fertilidad y poder”, explica el artesano.
Los estudios le ayudaron a conocer datos de la cultura precolombina por eso algunos de sus diseños son réplicas de esas esculturas. Pero, también tiene formatos propios. Los recorridos por varias provincias promocionando sus productos y la participación en las ferias de exposición también han sido un aporte para su formación ornamental.
El artesano recuerda que antes se trabajaba con discos de carburo porque tallar la jade es complicado. Actualmente ya se labora con discos de diamante y se pueden hacer más piezas.
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Con esta piedra también se hacen dijes. Para muchos la piedra jade es como el cuarzo: energizante y por eso prefieren tenerla en un collar, añade Montenegro.
Las piedras de moler también son su fuerte. Para fabricarlas utiliza piedra volcánica o basalto. “ A las personas les encanta porque son útiles para moler el ají, los aliños y las hierbas”.
La materia prima la consigue en los ríos cercanos de Tulcán. Compramos la piedra jade en El Juncal. La gente de la zona la coge en el caudal y nos vende el quintal en USD 200.
El trabajo se inicia con el dibujo de la pieza. Si se trata de una piedra de moler, Montenegro delinea las astas con la ayuda de un compás y un marcador. Después le toca el turno a la cortadora en donde se le empieza a dar forma, luego va al esmeril para darle los acabados. Una pulidora convierte la pieza en un hermoso objeto.
Precios y ventas
Para la labor , los obreros utilizan guantes, lentes, mandiles… El trabajo se realiza con agua por lo que se deben tomar las precauciones del caso. En el pequeño taller, ubicado en el barrio San Vicente, hay esmeriles, pulidoras y una cortadora.
Los precios van desde USD 1 (los dijes) hasta USD 120 (las máscaras). Depende del trabajo y del tamaño de la pieza. Si requiere mayor información puede comunicarse al teléfono 08 142 1440.
Los miércoles y los sábados, Montenegro exhibe sus artesanías en Otavalo. Pero, también tiene dos talleres en Tulcán en donde comercializa sus productos de forma personal.