Sobre el estero de Puerto Lisa, en el oeste del Puerto Principal, una obra destaca desde lejos por su llamativa arquitectura.
Un gran arco metálico en forma diagonal y lateral, cruzado por tubos de acero y sujetado al extremo del viaducto es lo que más llama la atención en la nueva infraestructura.
El puente de la A, tras quince meses de construcción, se incorporó desde el pasado jueves al servicio de la comunidad suburbana de Guayaquil.
Cuando se pensó en el diseño del puente con dichos elementos decorativos, su figura arquitectónica fue hecha con la intención de mejorar el entorno y que se convierta en un ícono de la ciudad. Así lo explicó Jorge Berrezueta, director municipal de Obras Públicas.
Y aclaró que se trata de buscar un efecto visual como elemento decorativo porque no tiene que ver en lo estructural.
El arco es similar al puente al ingreso a Urdesa, al norte. De la misma manera se entrelaza con arcos circulares en forma horizontal. De allí que llama mucho la atención su forma parabólica y de curva contra curva.
Lo sostienen cuatro pilas, cada una de cinco pilotes recubiertos por una camisa de acero de 1,60 m de diámetro y una longitud de entre 42 y 44 m.
El nuevo puente tiene una extensión de 148 m, con un ancho de 21 m que acoge a dos carriles por sentido de circulación; así como a una acera peatonal y una ciclovía a cada lado. Cuenta con guardavía metálico a los costados y pasamano de hormigón al centro.
El puente se construyó sobre 20 pilotes que sostienen los cuatro cabezales. Los pilotes fueron barrenados a una profundidad de 40 m, con camisas de hierro de 1,60 m de diámetro y reforzado con enramado de varillas del mismo material, de 32 mm.
En el vecino cantón Durán, en la empresa Mavisa, fueron fabricadas 45 vigas que se colocaron sobre el puente. La tarea fue apoyada por 30 trabajadores y una barcaza con grúa hidráulica.
El suelo arenoso y la salinidad del estero fueron los que afectaron la construcción del puente anterior, derribado 30 años después de su construcción. En esta ocasión, la constructora Manuel Velasco Terán utilizó bentonita para el fraguado de los pilotes y evitar que el deterioro del hormigón y la corrosión del acero, por la salinidad, afecten la nueva infraestructura.
Este material sirve de aislante entre la humedad y el hormigón y evita la filtración de arena que es lo que afecta un efectivo fraguado del concreto de los pilotes.
Adicionalmente, se ejecutaron trabajos de regeneración urbana en el entorno, como el mejoramiento de varias viviendas, colocación de adoquines, siembra de áreas verdes. Hacia la acera norte (calle Luis Dillon) se construye un pequeño ‘skate park’ con pista para patinaje, bicicrós y un parqueo.
El puente cuenta con 16 luminarias y por la noche tiene un efecto que se refleja en el agua, similar al puente del Velero.
En todas las fases de construcción participaron más de un centenar de trabajadores.