El fallecimiento de Ricardo Mórtola supone una sentida pérdida para la arquitectura deportiva del país. Sin duda, este arquitecto guayaquileño fue uno de los pioneros de esta rama en el país.
Asimismo, fue uno de los más reputados especialistas a escala regional lo que, incluso, le significó la invitación para que sea contactado por instituciones tan emblemáticas como Boca Junior e Independiente, de Argentina, y de otras instituciones de Colombia, Perú…
La arquitectura deportiva tiene importancia capital en el urbanismo actual y en los proyectos de renovación urbana. Por eso, los proyectos son frecuentes y corroboran la lógica que los ve nacer: la cultura de masas. Esta premisa se hace más notoria por la variedad de manifestaciones sociales que se expresan en la sociedad actual del espectáculo.
Obviamente, un estadio también es un volumen propicio para realizar los más audaces y vanguardistas edificios. Ejemplos hay muchos: el Allianz Arena de Múnich; el Nido de Pájaro de Pekín; el Domo de Sapporo, cuya cancha de césped puede ser sacada de la estructura para ‘respirar y asolearse’ o, más cerca en el tiempo, el nuevo Mineirao, el ecológico y sostenible estadio de Belo Horizonte que, sin objeciones, será una de las vedettes del Mundial de Fútbol cercano.
Y aunque los estadios nacionales no se acercan a esa tecnología (por razones tan obvias como la inversión económica), también tienen un aporte técnico y de diseño arquitectónico importante, como el Monumental de Barcelona y la Casa Blanca de Liga. El primero fue considerado el más vanguardista de la región cuando fue inaugurado.
Por coincidencia, ambos escenarios tuvieron el diseño del arquitecto Ricardo Mórtola. Una tarea cumplida.