La caña guadúa o angustifolia (pajky en el idioma tsáchila) es muy utilizada en las zonas costera y amazónica del país; pero no lo es de una manera extensiva ni científica. Las casi 100 variedades de bambú que existen en el país son poco usadas, a pesar de sus grandes características constructivas, decorativas y ambientales.
Sin embargo, en los últimos años se ha notado un aumento de su uso por parte de un puñado de arquitectos y constructores, quienes han reconocido las cualidades del llamado ‘acero vegetal’ y lo han aprovechado en la construcción de viviendas, hoteles, restaurantes…
Walter Carrera, un arquitecto experto en su utilización, explica algunas de las propiedades de este material.
Una de sus ventajas es la elasticidad, superior a la del hormigón armado. Otra es la rapidez de crecimiento. Para utilizarla se corta en cuarto menguante, cuando la savia está cerca de las raíces. Se la corta de un tajo oblicuo y a unos 80 cm del suelo. Cuando ya está totalmente seca se la parte y se la pica finamente. Así picada se utiliza en las paredes, tabiques y hasta puertas de las casas costeñas.
Un plano de guía y un poco de habilidad son suficientes para armar una casa en dos o tres días. Son casas sencillas, con un sistema constructivo simple, que tiene como base estructural la madera de teca y las mamposterías de caña guadúa picada. Una unidad de 40 m² se puede levantar en dos días y su costo total no supera los USD 2 000.
Otra virtud de este material es su resistencia. En unas pruebas realizadas por el Arq. colombiano Simón Vélez, la guadúa soportó cargas de hasta 400 kg/ m². Es decir, el segundo piso de la estructura (de 21 m²) pudo con 9 toneladas, igual que las edificaciones de concreto.
Pero la guadúa y otros tipos de bambú también pueden servir para levantar construcciones más ambiciosas. Y en eso es experta la arquitecta chilena radicada en Guayaquil, Daniela Loaiza de Ojeda.
Daniela es capaz de diseñar desde un bolígrafo hasta una discoteca al pie del mar, utilizando la caña guadúa o el bambú chino, otra de las variedades.
Hace 6 años, el 100% de su negocio se destinaba al diseño de edificaciones con este material. Como carta de presentación tiene la Discoteca Nativa Bambú, en la playa de Montañita (Santa Elena), una iglesia en la vía a la Costa, las caballerizas y salón multiuso de la hacienda San Rafael del Grupo Nobis en Bucay (Guayas), entre muchos otros.
Ahora, el 40% de sus obras está enfocado a la decoración. Para estos casos requiere de la variedad phyllostachis áureo, que es más fina y que brinda innumerables posibilidades de diseño.
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El secreto está en que este bambú debe ser cultivado sobre los 800 metros sobre el nivel del mar. Solo así será resistente y durable. Sus proveedores están en Santo Domingo de los Tsáchilas, donde se dan los mejores.
“Países como Colombia, Brasil y China usan desde la raíz hasta la hoja más pequeña del bambú para un sinnúmero de creaciones. En Ecuador también podemos hacerlo”, dice Daniela.
Y lo demuestra con hechos. En las oficinas de Loaiza Construcciones (LC), ubicadas en el único piso alto del Centro Comercial Albán Borja, el bambú es el rey.
Una gran raíz es el soporte de un mueble, otras finas ramas forman el tallo de flores cuyos pétalos son formados con trozos de caña, un pedazo de tronco sirve como portalápices y las hojas se exhiben en un jarrón con agua…
Crecimiento rápido
El bambú es un recurso natural renovable que puede ser cosechado durante todo el año. De la misma cepa brotarán nuevas cañas durante todo el año. Es la planta de crecimiento más rápido del planeta.
La caña para duelas debe tener mínimo 3 m de largo para cortarlas en tres partes de 1 m. Luego, una máquina llega al interior cilíndrico y saca seis trozos de 38 mm de un solo tajo.