Las alfombras son unos acabados preferidos por un buen número de personas que prefieren su calidez y su elegancia. No obstante, escoger la adecuada no siempre es fácil, pues se trata de un producto delicado y, según su calidad, costoso.
¿Cómo escoger la alfombra adecuada? El arquitecto Ramiro Soasti da algunos consejos:
Lo primero que se debe chequear en una alfombra es de qué material está elaborada, es decir, la fibra. Hay de acrílico, poliéster o nailon. Todas son muy resistentes y se pueden limpiar fácilmente. Hay otras naturales: de algodón o lana; y de fibras como la rafia, el yute o el hilo de coco.
En una buena alfombra, la fibra debe ser resistente, como para recuperar su estado original después de haber sido pisada. Debe soportar el desgaste originado por la fricción propia del uso. No debe generar energía estática y, algo esencial, debe ser autoextinguible; es decir, retardante del fuego.
Según Soasti, las de acrílico, poliéster o nailon son más resistentes que las naturales, con variaciones con la estática y la fricción.
Sin embargo, la elección debe adoptarse por el tipo de ambiente donde se vayan a colocar; si el espacio es de alto o bajo tránsito. No es lo mismo un dormitorio infantil que un recibidor. Es importante que sea densa (el apretado del tejido), factor que indica la duración.
¿Cómo se juzga la densidad? Una fórmula es presionarla con los dedos; si se siente poco la base, entonces es de buena calidad. Otra es doblarla en una U invertida y ver si la base se ve. También hay que probarla descalzo.