No hay cambios sustanciales en el actual Gobierno. Tenemos correistas en goce de impunidad, pues lo que existe son meras promesas e intentos fallidos de procesos judiciales ilusorios contra autores, cómplices y encubridores de fraudes.
Estamos atravesando la decadencia de valores y de justicia. Sigue el derroche de los fondos públicos, los privilegios al máximo nivel, los despilfarros, los viajes presidenciales improductivos, más endeudamiento fiscal, a lo que se añade una cuestionada administración pública, con honrosas excepciones. Dos o tres golondrinas no hacen verano.