Las construcciones edificadas por los habitantes indígenas salasakas eran de carrizo y techo de sigse anudado. Foto: Glenda Giacometti
En un museo se recrean las tipologías de construcción de las viviendas edificadas por los habitantes de la comunidad indígena Salasaka, en Tungurahua.
El uso de los materiales tradicionales como el carrizo, la cabuya, el sigse, el barro, el tapial y la madera de capulí se combinan para recuperar estos espacios ancestrales de convivencia familiar.
Estas edificaciones aún se usan en este pueblo, ubicado al oriente de Ambato. Estas se caracterizaban por las ventanas pequeñas, techos de hojas de sigse ancladas en largueros de chahuarquero (tallo largo del penco ágave azul). Los estrechos corredores con pilastras de madera son característicos.
Whirak Qhamak, director del Museo Salasaka, explica que le tomó 14 años efectuar la investigación de las diversas tipologías de construcción que, por la modernidad, poco a poco dejaron de edificarse.
En la segunda planta del museo se puede observar la casa con techo con cuatro cabezas. Según Qhamak, estas bloqueaban el ingreso de la energía negativa para vivir en paz y armonía. En las paredes se usaban madera, carrizo y chahuarquero con amarres de cabuya. Eso mantenía la calidez en el ambiente.
Otra de las construcciones es la representación de la mujer en la vivienda denominaba Mama Huasi. En el interior se ubicaba el fogón (cocina), comedor, dormitorio y debajo de la casa había los criaderos de cuy. “Nuestros ancestros creían en la dualidad femenino-masculino, como generadores y creadores del universo”, explica Qhamak.
Durante la investigación se logró encontrar otros dos tipos de edificación relacionados con el Chimborazo y Tungurahua. Estos diseños trataban de representar a los volcanes por su fuerza. Las viviendas tenían techo de hojas de sigse y de cabuya.
Después de la colonia se empieza con otro tipo de construcción utilizando materiales como carrizo con amarres de cabuya y revestido de barro o bahareque, materiales que aún se usan.