Frutas, verduras, vegetales y proteínas deben constar en la alimentación diaria de este grupo etario. Se debe bajar el consumo de ultraprocesados. Foto: Ingimage
Con juegos o recompensas, la mayoría de padres logra que los más pequeños de la casa prueben uno que otro vegetal o fruta para obtener los nutrientes necesarios para su desarrollo. ¿Pero qué hacer con los adolescentes?
Con ellos los premios forman parte de la historia. Por eso, la nutricionista Andrea Cortez recomienda camuflar zanahorias, espinaca, lenteja, zapallo y más alimentos saludables en batidos, wafles, pizza y más opciones coloridas y vistosas. Así los chicos se reencontrarán con esos sabores, que han sido reemplazados por productos ultraprocesados.
Un elemento importante en su dieta es equilibrar las cantidades requeridas de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. Esta última sustancia, por ejemplo, es indispensable para mantener un sistema digestivo saludable y reducir el riesgo de cáncer colorrectal.
Minerales como el hierro previenen la anemia, mientras que el consumo adecuado de calcio asegura unos huesos sanos. En esta edad específica, la ausencia de alguno de esos micronutrientes puede influir en su crecimiento y en la maduración hormonal.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona que existen algunos datos que indican que cuando se consumen frutas y vegetales como parte de una dieta saludable baja en grasas, azúcares y sal, estos también pueden contribuir a prevenir el aumento de peso.
La nutricionista y psicóloga Camila Ruales apunta que todos esos nutrientes son indispensables en cada etapa de la vida y que por esa razón es importante ofrecer a los hijos opciones de calidad desde los primeros años. También invita a los padres a predicar con el ejemplo y a dejar de utilizar la comida para premiar o castigar a los hijos.
Aquello podría ser una de las razones por las que, cuando crecen, dejan de comer un determinado vegetal, fruta o cereal. En algunos casos, ese rechazo se extiende hasta la vejez. Aunque no es regla general, Ruales apunta que a los adolescentes les cuesta comer zanahoria, apio, remolacha, cebolla. También le tienen cierta resistencia al brócoli.
Para evitar conflictos en casa, esta especialista sugiere incluir en la dieta diaria alimentos con los que se sientan más cómodos e ir alternando sus presentaciones hasta encontrar la que más les guste. Por ejemplo: zanahoria en jugo, en estofados, rallada en panqueques, en sopas, en ensaladas.
La clave, apunta la nutricionista Daniela Acosta, es brindarles un plato lleno de colores, algo sencillo de elaborar como el tigrillo y los tacos. Si al primero le agrega queso, cebolla finamente picada y un huevo, tendrá una opción nutritiva para el desayuno o el almuerzo. En el caso de los jugos verdes, puede intentar primero con un solo vegetal y luego, a medida que el paladar se acostumbra, añadir otro.
Las porciones, coinciden las especialistas, dependerán de las necesidades de cada adolescente. Sin embargo, la OMS recomienda la ingesta de hasta cuatro porciones de vegetales para mantener un estilo de vida saludable en esta población.
Tome nota
Tenga a la mano bocaditos saludables para evitar que los chicos recurran a procesados altos en azúcar y sal en el día.
Incluya fruta picada en los desayunos. Prefiera fresas, duraznos, bananos, ya que son más amigables con el paladar.
Los cereales también son importantes en la dieta diaria. Utilícelos para
preparar ‘snacks’ o hacer hamburguesas.
Procure que los platillos se vean atractivos y llenos de color. Así tendrá más nutrientes en una sola.
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