Conozca qué tiempo duran los alimentos

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A pesar de que faltaban ocho días para que expire la leche chocolatada de Martín Haro, de cuatro años, este lácteo explotó cuando abrió el producto. “El cartón estaba hinchado”, cuenta su madre Asunción Báez. Además el sabor era agrio.

Martín hizo dos bocados y dejó de beberla porque le dio náuseas. El incidente ocurrió el miércoles pasado, a las 07:00 cuando iba rumbo a la escuela. A media mañana el niño tenía dolor de estómago, por lo que se regresó a su casa. Tomar agua de manzanilla lo alivió.

Báez no comprende por qué esta leche estuvo en mal estado si no estaba pasada. Además las leches del resto del empaque estaban bien.

En la misma semana, Báez compró mortadela, pero cuando preparaba sándwiches notó manchas verdosas y cafés, al probarla se percató que estaba descompuesta. En ese momento recién revisó el empaque y se dio cuenta que estaba caducado. “No me fijé en la etiqueta cuando compré”.

Paula Zela, microbióloga del Laboratorio de Análisis de Agua y Alimentos (LASA), indica que a la hora de comprar alimentos hay dos factores que se deben cuidar: la fecha de expiración, pues cada alimento tiene su tiempo de vida útil. La recomendación es no elegir productos cuya caducidad esté cercana. Marco Guijarro, director de LASA, aconseja no consumir un producto faltando el 25% del tiempo para expirar. Por ejemplo, si el período es de un año, consumirlo hasta antes de los nueve meses. Evitar comerlo en los tres últimos meses.

El segundo factor es el estado de los envases y envolturas. Existen de diferentes tipos: de plástico, vidrio, cartón, etc. Zela explica que un mismo producto puede estar en varias presentaciones. Por ejemplo, un jugo de naranja se lo encuentra en envases de plástico y también de cartón.

Cualquier envase es adecuado, sin embargo, en todos hay que cuidar que no haya golpes, filtraciones o abolladuras, porque ingresa aire y bacterias y estas alteran el contenido. En el caso de la leche de Martín, explica, que la hinchazón del cartón era porque el producto estuvo fermentado.

Guijarro señala que las intoxicaciones ocurren por una mala preservación de los alimentos. La transferencia de las bacterias de los productos (contaminación cruzada) es una de las causas. Las principales enfermedades que se contraen se deben a la Escherichia Coli. Esta es una bacteria que produce gastroenteritis. Otra bacteria es la Clostridio que produce daños en el sistema nervioso, incluso provoca ataques de epilepsia.

Descongele una sola vez la carne

Las carnes siempre deben estar bajo congelación y separadas unas de otras.

A una temperatura menor de 12 grados (industrial) su vida útil es de seis meses.

En cambio a una temperatura menor de 5 grados (casera) dura máximo un mes.

Nunca descongele y vuelva a congelar la misma carne, por esta causa proliferan las bacterias. Es mejor ubicar en porciones.

Vigile que la carne no tenga mal olor, no tenga mucho sangrado y que no presente manchas o golpes.

Prefiera los productos empacados al vacío y vigile que no tenga aire.

No elija cárnicos cuya textura esté seca, verdosa o café, porque ya no se encuentra fresca.

Los mariscos también deben estar bajo refrigeración, de preferencia congelados.

Los enlatados duran de 3 a 5 años

El período de duración de productos enlatados varía según el alimento. Puede ir entre 3 y 5 años.

Antes de comprar asegúrese de que el envase no esté hinchado, abierto, aplastado o agujereado. Estos productos son propensos a la presencia de bacterias.

Tomar en cuenta el tiempo de expiración es vital en todo tipo de enlatados. Comer un producto pasado causa intoxicación.

Vigilar que las latas estén ubicadas en lugares limpios y secos.

Limpiar el envase antes de abrir. Cuando están embodegados hay el riesgo de que se hayan paseado por encima animales (insectos o ratas), su orina causa males respiratorios como la leptospira.

Revise que en la lata no haya óxido, pues es contaminante. Si confirma su presencia descarte inmediatamente el producto.

Cinco consejos a seguir cuando se adquieren los alimentos

En todos los productos empacados revise la fecha de elaboración, de caducidad y registro sanitario. Estos datos identifican al responsable de la fabricación y control sanitario del producto.

Revise que la etiqueta detalle el contenido nutricional (grasas, calorías y los nutrientes). Si tiene dudas al respecto llame al productor y exija los datos. Caso contrario devuelva el producto.

Cualquier anomalía en los alimentos o casos de intoxicaciones denuncie al Instituto Nacional de Higiene Izquieta Pérez. En Quito puede llamar al teléfono 228 2281.

Respete el período de consumo marcado en los alimentos. La inobservancia provocará problemas gastrointestinales como intoxicación. Verifique que los empaques y envases estén siempre en buen estado.

Todos los alimentos deben ser desinfectados. Use agua y cloro. Se recomienda que por cada 20 litros agregue 50 mililitros de cloro, que equivale a cuatro cucharadas.

 El agua debe estar en sitios secos

El agua envasada debe consumirse en cinco días, máximo una semana.

Desechar los productos que no indiquen su composición, registro sanitario o período de elaboración y caducidad.

Vigile que esté guardada en lugares secos y frescos, con temperatura fría.

Descarte las aguas que presentan gases o coloraciones, están contaminadas.

El agua contaminada causa problemas gástricos, entre ellos, diarreas.

El envase debe estar limpio y en buen estado. Asegúrese que la tapa no haya sido forzada.

Antes de colocar el botellón en el dispensador, limpie la base. En el caso de las botellas pequeñas desinfecte las tapas.

Jamás mezclar el agua embotellada con agua de la llave.

La verdura empacada dura más

Averigüe el origen de las verduras y vegetales, para asegurarse cómo fueron cultivadas.

Prefiera los productos hidropónicos (uso de agua y no de tierra). También los orgánicos (sin químicos). Son más seguros contra las bacterias.

Vigile que las hojas estén verdes, no marchitas y completas. Además que no tengan manchas cafés. Estas indican que se están dañando.

Compre productos empacados y sellados. Esto garantiza mayor conservación del producto y un adecuado tratamiento.

Las verduras y vegetales tienen una duración, que varía entre 8 y 15 días.

Antes de consumirlas lavarlas con una solución de agua y cloro. Dejar reposar por lo menos tres minutos. No dejarlas en los mismo empaques, la humedad acelera la descomposición.

 El huevo refrigerado dura 8 días

Las harinas como los fideos y tallarines empacados duran un año. Al abrirlos su tiempo se reduce a 8 meses. Cuide de que no tengan impurezas.

Los granos secos duran hasta dos años. Asegúrese que no tengan gorgojo (gusanos) o que no estén arrojando una harina.

Los huevos en refrigeración duran ocho días. Fuera de ella una semana. Elija los que no tienen

trizaduras.

Un huevo roto es fuente de salmonela porque la cáscara es contaminante. Tampoco lo consuma si al partirlo hay puntos negros, es señal de contaminación.

El arroz y azúcar tienen períodos más largos de duración, entre un año y dos, si se mantienen en lugares frescos.

Descarte el azúcar que no está granulada, sino endurecida o si está húmeda, hay el riesgo de hongos.

Fíjese en las texturas de las frutas

No todas las frutas están empacadas y con fecha de expiración, por esto hay que fijarse en la cáscara.

La cáscara no debe tener puntos o manchas blancas o negras, pues son hongos.

Adquiera frutas no muy maduras. Esto le garantizará mayor durabilidad.

Vigile que estén separadas por categorías: cítricas, dulces, etc. El orden evita las contaminaciones.

Las frutas suaves (uva, frutilla o guineo), en promedio, duran una semana. Mientras que las frutas duras (manzanas o peras) dos semanas.

Evite las que están aplastadas. Estas contaminan y aceleran la descomposición.

Las pulpas requieren estar congeladas, por su textura son más propensas a bacterias.

Jugos en plástico o latas deben tomarse luego de que se abren.

La leche en funda sirve por 3 días

El tiempo de duración de los lácteos depende del empaque. En fundas dura tres días. En cartón un año y en botellas plásticas y de vidrio entre uno y tres meses.

Una vez abierto el producto en cualquier presentación se debe consumir en máximo tres días, de lo contrario se daña.

Cuide que el envase no esté hinchado. Este es un signo de fermentación y puede causar intoxicación.

Los lácteos se contaminan con la bacteria E. Coli, que da gastroenteritis.

Los quesos duran, en promedio, tres semanas, en refrigeración. Si la envoltura fue abierta debe consumirse en tres días.

Elija los quesos que no contengan suero. En este se concentran las bacterias.

Revise que la textura sea lisa y que no haya manchas verdosas, pues son hongos.

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