Cóndores encuentran pareja en los centros de fauna

La hacienda Zuleta es uno de los seis centros de manejo de fauna que alberga cóndores

La crianza de cóndores en centros de manejo de fauna es parte de una de las iniciativas que se impulsa en el país para evitar la extinción de esta especie. Aunque el proceso toma tiempo, se están dando los primeros pasos para que las parejas que están en cautiverio puedan reproducirse con fines de conservación.
La idea es que las crías de estos ejemplares sean liberadas en el futuro y ayuden a que aumenten las poblaciones de aves en vida silvestre.
En el censo nacional del cóndor andino, que se realizó en el 2018, se contabilizaron alrededor de 150 especímenes en el país. Durante el último año y medio, se estima que más de 20 ejemplares han muerto debido a amenazas como la cacería y el envenenamiento, que continúan poniéndolos en peligro.
Algunos estudios predicen que estas aves se extinguirán en Ecuador en los próximos 60 años. Para evitarlo, como parte del Plan de Acción para la Conservación del Cóndor, se contemplan estrategias ex situ.
Martín Bustamante, director del Zoológico de Quito y secretario del Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor Andino, dice que la idea es replicar la experiencia de otros países con animales en cautiverio.
Uno de los casos más conocidos es el del cóndor californiano en Estados Unidos, que logró salvarse de la extinción por los programas de reproducción. En Argentina también se han realizado varios avances en tres décadas.
Las esperanzas de que este proyecto funcione en Ecuador están puestas en 18 cóndores que se encuentran en seis centros de manejo de fauna del país. Yann Potaeufeu, biólogo de la Fundación Galo Plaza Lasso en Zuleta, explica que el programa busca mantener una reserva genética del ave, fomentar la educación ambiental y formar parejas.
Uno de los problemas es que solo seis de estos animales son hembras y una todavía no está en etapa de reproducción. Además, durante esta emergencia sanitaria murió Killari, que era la séptima hembra del programa y que estaba próxima a unirse a un macho para intentar formar una pareja. Killari fue una de los tres cóndores liberados en el 2016, pero volvió al Zoológico de Quito.
Existen dos parejas establecidas en Zuleta. Una tuvo un pichón en octubre del 2019 y se espera que la otra pueda tener una cría pronto. Con el resto de cóndores aún se está intentando formar parejas que sean compatibles, ya que una de las características de estas aves es que son monógamas.
Estos animales ponen un huevo cada dos años. Bustamante cuenta que la población en cautiverio todavía es frágil y el nivel de producción es bajo. A esto se suma la necesidad de mejor infraestructura. Ambos coinciden en que esta es una “semilla”, pero mientras tanto hay que fortalecer la protección de poblaciones silvestres.
Una pareja, por ejemplo, se llevó bien durante ocho meses. De repente, el macho atacó a la hembra y tuvieron que separarlos. Ahora la idea es que, si no se pelean, permanezcan hasta dos años juntos. Si en ese tiempo no se ven resultados, los expertos deben asignarles un nuevo compañero.