Imagen referencial. Un tribunal condenó el martes, 27 de octubre del 2020, en primera instancia a una influencer a dos años de cárcel y al pago de una multa de USD 6 400. Foto: REUTERS
La realidad para las mujeres en Egipto es dura. Un tribunal condenó el martes, 27 de octubre del 2020, en primera instancia a una influencer a dos años de cárcel y al pago de una multa de USD 6 400 por, según el Estado, “incitar a la inmoralidad y al libertinaje” por el contenido de sus videos en la aplicación TikTok. En las imágenes, la joven aparece bailando y cantando.
El Tribunal de Delitos Económicos de El Cairo condenó a Hadir al Hadi, acusada de “incitar a la inmoralidad, al libertinaje y agredir los valores de la sociedad“, a dos años de cárcel y al pago de una multa de 100 000 libras egipcias (unos USD 6 400), de acuerdo con un comunicado del tribunal.
De acuerdo con la nota, el tribunal condenó a la joven al considerar los videos que subía a la plataforma TikTok eran “escandalosos”, “contrarios a la moralidad” y representan “una amenaza para los valores de la sociedad“, pese a que el contenido no promueve la violencia o discursos de odio, sino que la muestran disfrutando del baile.
Hadi, que cuenta con unos 800 000 suscriptores en la red social TikTok, además de unos 200 000 en Snapchat, era conocida por subir videos en los que bailaba y cantaba.
Desde el pasado marzo, al menos una veintena de influencers han sido detenidas en Egipto, de acuerdo con la ONG local Comisión Egipcia para los Derechos y las Libertades.
Tribunales egipcios condenaron a al menos otras tres de las llamadas “chicas del TikTok” a penas de cárcel desde finales de julio, un caso que está generando gran debate social en este país árabe musulmán.
Una parte de la opinión pública defiende las duras medidas contra las jóvenes, que se han atrevido a salirse de las normas sociales y morales conservadoras, mientras que defensores de derechos humanos y activistas ven una mayor restricción a la libertad de expresión.
El Gobierno del presidente Abdelfatah al Sisi cerró cada vez más los espacios para expresarse libremente en el país, tanto en las calles como en Internet, y ha perseguido las voces críticas, sobre todo a los islamistas, al mismo tiempo que ha querido defender valores tradicionales y religiosos.