Foo Fighters durante su presentación en el Lollapalooza Alemania. Foto: EFE
Recientemente, la revista Rolling Stone calificó a los Foo Fighters como “la mejor banda de rock estadounidense de los últimos 20 años”. Para defender ese título, mañana, 15 de septiembre del 2017, regresan con nuevo disco, ‘Concrete and Gold’, que el sábado presentarán con un “secret show” en Barcelona (España) con público limitado.
Según dijo a DPA el baterista Taylor Hawkins, se trata de un disco bastante psicodélico. Ya antes, el vocalista Dave Grohl había explicado que quería hacer el disco “con el sonido más completo de todos los tiempos”.
Quizá ese sea el motivo por el que la banda fichó para la producción al multiinstrumentalista Greg Kurstin, que hasta ahora había colaborado con estrellas del pop como Pink, Sia y All Saints y fue el artífice del hit de Adele Hello. Así, mientras que la banda mantiene su rock orgánico y sus guitarreos marca de la casa, Kurstin introduce su gusto por las melodías y los arreglos.
Según Grohl, lo que tenía en mente era una especie de ‘Sgt. Pepper’ -el legendario álbum de The Beatles– versionado por Motörhead. Durante los tres meses que duró la grabación, por los estudios pasaron numerosos artistas que colaboran en ‘Concrete and Gold’: Shawn Stockman, de la banda de R’n’B Boyz II Men, el saxofonista de jazz Dave Koz e incluso la estrella del pop Justin Timberlake, cuya voz se escucha muy de fondo en el tema Make it Right.
Según Foo Fighters, el objetivo era simplemente pasarlo bien. ¿Ha influido en la producción la actual coyuntura política, con Donald Trump en la Casa Blanca? Según Grohl, era inevitable que sucediera. “Especialmente sobre Estados Unidos se ciernen nubes negras por doquier. Y luego está toda la fractura social. Es como si Estados Unidos se hubiera vuelto loco”. Y si uno escribe sobre su vida y el mundo que lo rodea “todo esto se cuela”.
No obstante, afirmó, ‘Concrete and Gold’ no es un disco expresamente político. Aunque al mismo tiempo, Grohl sostiene que la música es una buena forma de unir a una sociedad dividida. “Da igual de dónde vengamos, cuál sea nuestra fe o signo político, siempre podemos juntarnos a cantar una canción sobre esperanza o amor. Esas cosas unen a la gente”.
Y eso es algo que Foo Fighters nota en sus conciertos, incluso cuando actúan en estados mayoritariamente republicanos. “Seguimos teniendo un público que viene y canta con nosotros, aunque políticamente no compartamos sus posiciones”.
Grohl, que saltó a la fama como baterista de Nirvana, fundó Foo Fighters tras la muerte de Kurt Cobain, en 1994. A él se sumó el segundo guitarrista de la mítica banda grunge, Pat Smear. “Echando la vista atrás, la época de Nirvana fue muy corta, apenas un par de años. Foo Fighters lleva 22”. No obstante, “mucho de lo que aprendimos allí es una especie de pilar para Foo Fighters”, tanto a nivel personal como profesional.
En total, el nuevo disco consta de 11 temas, entre ellos los singles Run, The Sky is a Neighbourhood y el típico himno Foo Fighters The Line. Y es que pese a los experimentos y aventuras estilísticas, ‘Concrete and Gold’ sigue estando en línea con el sonido que los ha hecho ganar 11 Grammys: buen rock.