La finlandesa Tarja Turunen se presentó en el El Teatro Nacional de la Casa de la Cultura el pasado 18 de noviembre del 2017. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Luego de 13 años, la cantante de metal sinfónico Tarja Turunen aterrizó en Ecuador con su proyecto como solista. La única vez que había visitado el país fue la noche del 10 de diciembre de 2004 cuando era cantante de la banda finlandesa Nightwish, con la que se ganó un espacio en la escena del metal mundial.
El Teatro Nacional de la Casa de la Cultura fue el escenario en el que se escuchó su potente voz, que ha sido calificada como soprano lírica y con la que ha logrado cautivar a fans en todo el mundo. El recital del 18 de noviembre del 2017 arrancó pasadas las 21:00 con la banda estadounidense Sifting, que se llevó los aplausos del público gracias al desenvolvimiento en el escenario y a sus canciones que tienen una línea de rock progresivo.
20 minutos después sonó Demons in You del álbum ‘The Shadow Self’, la última producción de Tarja, que se lanzó en 2016. Las primeras palabras de Tarja fueron: “Buenas noches Quito, buenas noches Ecuador”, en su casi perfecto español que lo ha aprendido con su esposo, el argentino Marcelo Cabuli.
Tarja Turunen presentó en su show temas de ‘The Shadow Self’, su última producción discográfica. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
500 Letters, No Bitter End, Lucid Dreamer, Calling from the Wild y Supremacy fueron cantadas por los fans, que llevaron rosas y girasoles para entregarlos a la artista al final del concierto.
Uno de los momentos más emotivos de la noche se dio cuando sonó Ever Dream y un pedazo de Slaying the Dreamer, de Nightwish. Fue ahí cuando algunos asistentes recordaron el concierto de 2004. En ese año, la agrupación se presentó en el estadio del Aucas.
Con la adrenalina encendida, vino un set acústico para regresar con Love to Hate, Victim of Ritual, Undertaker, y Too Many. La artista se despidió dando paso al ya conocido ‘Ole ole ole, Tarja, Tarja’, con lo que regresó al escenario para sus últimas tres canciones: Innocence, Die Alive y Until My Last Breath, su éxito más importante desde que comenzó su aventura lejos de Nightwish.