Las mujeres de Pull Quishuar fueron guiadas por María Daquilema, de 74 años. En la comuna ya no hay paquis. Foto: Cristina Márquez / El Comercio
Un campo de cebada de siete hectáreas acogió a cerca de 150 cosechadores oriundos de 16 comunidades indígenas de Chimborazo. Ellos mostraron cómo cantaban antiguamente el Jahuay durante las cosechas y las diferencias en el dialecto y la lírica de las canciones en cada zona.
El festival premió a los mejores cosechadores con una hoz de oro, a los bocineros con una bocina de oro y a las agrupaciones más originales en sus cantos y en sus vestimentas con un toro y borregos. El objetivo del evento fue rescatar la tradición que se considera patrimonio inmaterial del país.
“El Jahuay ya no se canta en las comunidades porque las cosechas ahora tienen otra dinámica, pero aún hay Taitas y Mamas que guardan ese conocimiento y lo queremos preservar”, dijo Bacilio Pomaina, organizador del evento, que también contó con el respaldo de la Junta Parroquial de Santiago de Quito, la organización Amawtay Wasi, entre otras.
Los cosechadores llegaron vestidos con sus trajes originarios que se diferencian entre sí por el tono de las bayetas de las mujeres, el largo de sus anacos, tonos y decoraciones de los sombreros. Los varones también lucieron tonos diferentes de ponchos y zamarros de distintos animales.
El grupo ganador del primer lugar es oriundo de Cebadas. Las mujeres se distinguieron por sus sombreros blancos decorados con cintas negras y los varones usaron ponchos rojos y zamarros de borrego.
El jurado calificador, integrado por gestores culturales e investigadores indígenas, calificó la autenticidad de las canciones y los personajes, también la agilidad en la cosecha.
“La idea de los premios es motivar a la gente a continuar cantando y difundir la tradición a las nuevas generaciones”, explicó Pomaina.
Otro objetivo de la actividad fue aprender más del rol que algunos personajes cumplen durante las cosechas. Se identificaron cinco actores. Uno de ellos es el paqui quien usualmente es el patriarca de la familia y el cantor principal.
El paqui canta los versos del Jahuay que varían en diferentes momentos del día y son diferentes en cada comunidad. Algunos cantos hablan del agradecimiento que siente la comunidad por el alimento que reciben de la tierra, otros hablan de las mujeres que se esforzaron para preparar el almuerzo, y otros versos son para darse ánimo entre sí durante las largas jornadas de trabajo.
Los cosechadores son los encargados de avanzar en filas cortando los cereales con la hoz. Ellos responden en coro “ay Jahuay, Jahuay, Jahuay”, a los versos que entonó el Paqui.
Manuel Guamán, de la comunidad Llinllín Santa Fe , en Colta, llegó al festival acompañado de sus hijos, nueras y nietos. Él entonó las mismas canciones que cantaba a los 25 años en una hacienda antigua.
“Mi papá, Lorenzo. Guamán, era el Paqui de la comunidad. Él era maltratado por los hacendados durante el trabajo. Un día me dijo que yo debía aprender y empecé a cantar con él”, contó conmovido.
Su grupo se destacó en el concurso porque su grupo de cosechadores se conformó por hombres y mujeres de todas las edades que cumplieron con la función de chaladores.