Durante la investigación encontraron que muchos troncos tenían la marca del impacto de un objeto y muchas rocas se acumulaban dentro de árboles huecos. Foto Referencial: Wikipedia
Un chimpancé macho se acerca a un árbol y hace una pausa de unos segundos. Luego mira ansioso a su alrededor, agarra una roca gigante y la lanza con fuerza contra el tronco de un árbol.
Estas fueron las imágenes que registraron unas cámaras trampa escondidas entre las malezas de un bosque en Guinea Ecuatorial, en África. Este comportamiento no se había registrado antes en chimpancés y podría tratarse de una especie de ritual.
Video: Vimeo, cuenta: laura kehoe
“Nunca antes habíamos visto un comportamiento parecido, se me puso la piel de gallina”, dice en un artículo Laura Kehoe, una de las investigadoras que llegó a la sabana para estudiar un grupo de chimpancés que nunca antes habían sido analizados.
Jane Goodall fue la primer en estudiar la conducta de los chimpancés en la década de los 60. Desde entonces se sabía que estos primates utilizan ramas, hojas, palos e incluso algunos manipulan unas especies de arpones para conseguir comida. De vez en cuando, lanzan piedras para demostrar su fuerza ante sus rivales y establecer su posición en la comunidad.
Pero lo que Kehoe y sus colegas observaron en su salida de campo “no fue una acción al azar o aleatoria, fue una actividad repetitiva sin ninguna evidencia clara de que se la realice para conseguir alimento o estatus; podría tratarse de un ritual”, cuenta.
Arrastrándose por los arbustos con mucho cuidado ante la amenaza constante de espinas, la bióloga y los otros investigadores fueron en busca de más árboles que tuvieran una señal de un posible “ritual”.
Encontraron que muchos troncos tenían la marca del impacto de un objeto y muchas rocas se acumulaban dentro de árboles huecos.
“Los cúmulos de rocas evocan lo que arqueólogos han desenterrado de la historia humana”, dice Kehoe, doctora en conservación de vida silvestre y uso de suelos.
Encontraron las mismas evidencias en pequeñas áreas de Guinea Ecuatorial, Liberia y Costa de Marfil, pero hacia el este no presenciaron ningún rastro, a pesar de haber recorrido todo el territorio de chimpancés –desde la costa oeste de Guinea hasta Tanzania.
Después de varios meses en el campo, para saber en qué se hallaban estos chimpancés, Kehoe y sus colegas llegaron a dos conclusiones.
Una es que “los machos pretenden exhibirse con este tipo de comportamiento, en el que un fuerte ‘bang’ se amplifica cuando la roca golpea un árbol vacío.
Esto puede ser más común en áreas donde no hay árboles con raíces grandes y gruesas que comúnmente las utilizan como tambores“, explica Kehoe en su artículo.
Por otro lado, podría ser algo más simbólico que lo anterior y demostrar cómo fue el pasado del ser humano. La investigadora asegura que la presencia de letreros como rocas apiladas, para marcar territorios o vías, fue un paso importante para las civilizaciones humanas.
El hecho de que los chimpancés lancen rocas puede ser un indicio de este comportamiento. Más interesante aún es que tal vez se trate sobre la construcción de algún tipo de santuario que representen a árboles sagrados.
Sin embargo, la científica muestra su preocupación en su artículo publicado en ‘The Conservation’ pues solo en la Costa de Marfil la población de chimpancés ha decrecido un 90% en los últimos 17 años. “Para resolver el misterio de nuestros relativos más cercanos, tenemos que dejar espacio en el bosque”, concluye.