Comedia y sátira, la esencia de un dúo icónico

Los actores Óscar Guerra (izquierda) y Ernesto Albán (derecha) fueron los protagonistas de las famosas Estampas Quiteñas.

Los actores Óscar Guerra (izquierda) y Ernesto Albán (derecha) fueron los protagonistas de las famosas Estampas Quiteñas.

Los actores Óscar Guerra (izquierda) y Ernesto Albán (derecha) fueron los protagonistas de las famosas Estampas Quiteñas.

Ernesto Albán, ‘Don Evaristo’, y Óscar Guerra, ‘Sarzocita’, quien falleció la semana pasada a los 93 años de edad, formaron uno de los dúos cómicos más famosos de las artes escénicas del país.

Durante décadas, ‘Don Evaristo’ y el ‘Sarzocita’ fueron los protagonistas de las famosas Estampas Quiteñas, obras escénicas con una duración de entre 10 y 20 minutos donde exponían los problemas de la vida nacional, a través del humor y la sátira política.

Fieles a la premisa de Dario Fo de que la sátira es el arma más eficaz contra el poder porque libera al hombre de sus miedos, Albán y Guerra, como reza una expresión popular, no dejaron títere con cabeza. En sus Estampas Quiteñas criticaban a políticos y funcionarios públicos de todos los partidos. Desde Assad Bucaram, pasando por Guillermo Rodríguez Lara ‘Bombita’, hasta José María Velasco Ibarra.

En una estampa que se puede ver en un video de YouTube titulado ‘A la OPEP viajó Evaristo, y en Argel gozó por listo’, Don Evaristo dedica estos versos al cinco veces Presidente: “Media vida nos pasamos/ suspirando por Velasco,/ y cuando nosdespertamos/ creyendo comer churrasco,/ muy pronto nos enteramos/ que todo había sido un fiasco,/ el churrasco le tocó/ a los que estaban arriba/ y al pueblo le quedó/ solo tragarse saliva”.

De niño, Marcelo Luje, el director del grupo Tentempié, tuvo la oportunidad de ver decenas de Estampas Quiteñas en vivo y otras por televisión. Las recuerda como un espacio cargado de diálogos y reflexiones que era disfrutado, sobre todo, por los adultos. “A los niños nos gustaba más por los modismos y el humor”.

Ir a caballo entre el humor y la sátira política fue lo que les permitió a ‘Don Evaristo’ y a ‘Sarzocita’ convertirse en personajes de referencia para los quiteños. Sus actuaciones se convirtieron en detonantes de las reflexiones de las personas sobre las acciones de los políticos de turno con los que no estaban de acuerdo.

El trabajo a dúo que ‘Don Evaristo’ y ‘Sarzocita’ lograron moldear con el paso de los años tiene varios referentes en el mundo de las artes escénicas, entre ellos Oliver Hardy y Stan Laurel, los famosos el ‘Gordo’ y el ‘Flaco’ con una carrera que se inició en los años 20 y que se prolongó hasta la segunda mitad del siglo XX. Ellos hicieron popularel ‘slapstick’, un subgénero de la comedia que se caracteriza por presentar acciones exageradas de violencia que no derivan en consecuencias reales de dolor.

Dentro de esta pequeña comarca de actores que decidieron hacer su carrera en dúo también aparecen Bud Abbott y Lou Costello, más conocidos como Abbott y Costello, un dúo de comedia estadounidense cuyo trabajo en el teatro, la radio, el cine y la televisión los convirtió en la dupla de comedia más popular durante la década de los cuarenta.

Los dúos, algo que a criterio de Luje es complicado mantener por las particularidades en la personalidad de cada uno de los actores, también tiene sus referentes icónicos en otros espacios del arte, la literatura y los cómics.
Allí está el legendario Don Quijote de la Mancha y su inseparable compañero Sancho Panza, dos personajes cuyas formas de ver el mundo siempre estuvieron en las antípodas; o Batman y Robin, los superhéroes de Detective Cómic que se unieron para salvar a Ciudad Gótica.

En el mundo del arte contemporáneo local destaca el proyecto La Dupla integrado por Lucrecia (María Dolores Ortiz) y Leonela (Paulina León), dos hermanas siamesas que están unidas por una prótesis colocada en una de sus piernas. A través de estos personajes Ortiz y León han desarrollado un trabajo performático que les ha permitido explorar y cuestionar los estereotipos que existen sobre el cuerpo y sus representaciones.

En las Estampas Quiteñas también la crítica social toma vida a través del lenguaje. Vestidos de traje y corbata, ‘Don Evaristo’ y ‘Sarzocita’ hablaban con los modismos de las clases media y popular de la época, soltaban quichuismos y dotaban de otro sentido a palabras utilizadas desde el poder. Todo a través de diálogos condimentados con la sal quiteña de cada personaje.

Cuenta la historia que la conexión que Albán y Guerra alcanzaron en los escenarios y fuera de ellos fue tan fuerte que el segundo tuvo que ser hospitalizado durante varios días cuando se enteró de la muerte del primero. Algo difícil de concebir en la era del ‘stand up comedy’ donde los comediantes se enfrentan solos al escenario y donde los diálogos han sido remplazados por los monólogos autobiográficos.

La ausencia de dúos, tríos o grupos en el mundo de las artes y la literatura puede ser leída como un síntoma de lo que sucede en la sociedad actual, donde el mundo está caracterizado por el auge de la vida en solitario. El filósofo de origen coreano Byung-Chul Han sostiene que uno de los problemas de la primacía de la individualidad moderna está en el florecimiento del narcisismo. “Ser observado hoy es un aspecto central de ser en el mundo. El problema reside en que el narcisista es ciego a la hora de ver al otro y sin ese otro uno no puede producir por sí mismo el sentimiento de autoestima”. Estos solitarios del siglo XXI además están abocados a reflexionar sobre políticas más globales y menos locales.

En este contexto resalta el trabajo de actores como Carlos Michelena, quien ha convertido a los espacios públicos en su mejor escaparate para mantener viva la sátira política. Los que están remando contra corriente son Alfredo Espinosa, Christoph Baumann y Pablo Aguirre, los integrantes del Colectivo Cochebomba, quienes hace unos meses estrenaron la obra ‘Tocando Fondo’, una ‘estampa quiteña’ del siglo XXI donde se critica la política que vivió el país durante la última década.

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