Un colibrí despierta el interés turístico en la Reserva de Producción Fauna Chimborazo

Captar una foto de esta subespecie de colibrí andino puede tomar todo un día. Foto: cortesía de Ángel Martínez

Captar una foto de esta subespecie de colibrí andino puede tomar todo un día. Foto: cortesía de Ángel Martínez

Captar una foto de esta subespecie de colibrí andino puede tomar todo un día. Foto: cortesía de Ángel Martínez

Lograr captar una fotografía del único colibrí de los Andes que habita en el centro del país, hasta los 5 200 msnm, es un reto que requiere de mucha paciencia y también pulso.

Esta ave, cuyo nombre científico es Oreotrochilus chimborazo chimborazo, es la única polinizadora de esa zona, por eso su conservación es un motivo de relevancia.

Para ingresar al hábitat natural de esta ave, debe entrar en la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo, ubicada entre los cantones de Guano, Riobamba, Guaranda y Ambato. Lo mejor es ir en un automotor ‘todoterreno’ tipo 4x4.

También conocido como Estrella ecuatoriana o Ecuadorian Hillstar, este colibrí es una subespecie de la familia Trochilidae y se diferencia del Oreotrochilus chimborazo jamesonii -que se encuentra en el norte de Ecuador hasta las inmediaciones del Quilotoa- por la mancha turquesa que luce en su pecho.

Según relatos locales, esa particular mácula tiene cierta similitud con la silueta del Chimborazo; sin embargo, Fernanda Duque, quien estudia al colibrí desde el 2015 para un PhD en neurociencia de la Universidad Estatal de Georgia, EE.UU., señala que no existe una base biológica para poder explicar esa hipótesis, aunque admite que es una creencia popular que da mucha identidad a esta

La mejor forma de observarlo es en los bosques de chuquiragua. Allí debe esperar a que las aves busquen la flor para alimentarse. Quienes busquen fotografiarla, deberán estar allí entre las 06:30 y 09:00, debido a que la luz le permitirá obtener mejores imágenes. Mientras esperan, también podrán observar en el cielo el vuelo de curiquingues y, en las faldas del volcán, observarán rebaños de vicuñas.

En el sector existen gélidas ventiscas, por eso se recomienda vestir ropa abrigada, usar calzado de montaña y protección solar, ya que por la altitud, la exposición a los rayos solares es mayor.

En lugares donde no pega el viento, como los techos de los refugios, se puede observar los nidos construidos con vegetación seca y lana de alpaca, para que sus crías no padezcan del frío de páramo. 

Las custodias de los nidos son las hembras, que son pardas en su cabeza, con puntos verde-azulados en la garganta.

El recorrido debe realizarlo junto con guías de montaña, quienes le enseñarán la importancia de la conservación de los ecosistemas de páramo ya que provee de agua dulce para las grandes ciudades. Incluso le mostrarán dónde los colibríes se dan un baño cuando el día es soleado. “El recorrido sirve para valorar la labor del colibrí”, reseña Duque.

Este es el pequeño nido donde el colibrí avista sus primeras imágenes. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

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