Para Geraldine Guerra, del colectivo ALDEA, uno de los datos revela que el 80% de las mujeres víctimas de violencia no presentan la denuncia. Foto: Archivo / EL COMERCIO
De enero a mayo del 2017 se han registrado 50 casos de femicidios en el Ecuador. Medio centenar de mujeres fueron asesinadas por el hecho de ser mujeres, en un contexto de pareja, de violencia sexual o por machismo.
Esa es la conclusión a la que llegaron seis colectivos feministas que trabajan en contra de las agresiones contra la mujer en todas sus formas y que la mañana de este miércoles, 10 de mayo del 2017, presentaron nuevos datos sobre este problema social levantados por las organizaciones y analizados con base en las estadísticas oficiales del Estado.
Para Geraldine Guerra, del colectivo ALDEA, uno de los datos revela que el 80% de las mujeres víctimas de violencia no presentan la denuncia, mientras que del 20% restante se desprende un 1% de sentencia a favor de la víctima. “Hay una impunidad increíble”, manifestó la activista.
Por otro lado, en la revista número 39 de la Fiscalía, publicada en marzo del 2016, se confirma el poco número de casos resueltos. Allí se indica que de las 73 873 denuncias solo en 400 hubo sentencias condenatorias.
Otro de los problemas que resaltaron los colectivos fue la generalización de la violencia contra mujer y la reproducción de patrones culturales que permiten justificar la violencia. Gabriela Ruales, del colectivo Geografía Crítica, pone como ejemplo el hecho de que en los medios de comunicación y en las instituciones, como la Policía, se exhiben detalles de la vida de las víctimas como la vestimenta de una mujer, que se encontrara en estado de ebriedad, que caminara por la noche, que traicionara a su pareja.
“Cuando en otros casos de violencia, por ejemplo homicidios por microtráfico de drogas, no se señala ni una sola palabra sobre la vida de las víctimas”, detalló. El objetivo de estas organizaciones es lograr que estos hechos sean de interés público y que a través de sus acciones se pueda prevenir y eliminar estas agresiones.
Michelle Báez, vocera del colectivo Minka Urbana, también resaltó que la violencia contra la mujer se da en otros escenarios fuera del ámbito familiar o la ciudad y alertó de casos de agresiones a mujeres en contextos de extractivismo minero y petrolero. “Hemos hecho un estudio en poblaciones a lo largo de la Cordillera del Cóndor y lo que podemos concluir es que hay más acoso y más violencia sexual. Las mujeres advierten que no pueden circulan por sus territorios por las noches por miedo a los ataques de los obreros”, dijo.