El CO2, un gas que elimina grasa

La carboxiterapia es un tratamiento en el que especialistas inyectan dióxido de carbono (CO2) en el cuerpo

La carboxiterapia es un tratamiento en el que especialistas inyectan dióxido de carbono (CO2) en el cuerpo

La carboxiterapia es un tratamiento en el que especialistas inyectan dióxido de carbono (CO2) en el cuerpo. Foto: Patricio Terán/EL COMERCIO

La carboxiterapia empezó a utilizarse hace 70 años en el área de la medicina. Sin embargo, ahora suena con fuerza por sus múltiples beneficios en el mundo de la estética.

De acuerdo con la especialista Lorena López, la carboxiterapia sirve para tratar estrías, flacidez, reducir el envejecimiento, eliminar celulitis y hasta para restar excesos de grasa que se acumulan, sobre todo, en el abdomen, brazos y piernas, "y que en ocasiones es muy difícil de eliminar con solo el ejercicio”. Jessie Orquera, de Derma-esthetic, añade que también se la utiliza para minimizar las líneas de expresión y cicatrices.

¿En qué consiste? En cada sesión – el número depende de la zona a tratar- los especialistas inyectan dióxido de carbono (CO2) en los tejidos sub-cutáneos. El gas ingresa a través de una pequeña inyección (de 30g), la misma que está conectada a una manguera y a una máquina que regula la dosis de gas. Esa técnica, según López, puede aplicarse sola o junto a otros tratamientos como la mesoterapia. No es invasiva, ya que el gas se elimina con facilidad. Orquera dice que el organismo elimina el C02 en un máximo de 24 horas mediante la respiración.

Según López, la carboxiterapia no tiene efectos secundarios, por lo tanto, se la puede aplicar a hombres y mujeres sanas de todas las edades. Eso sí, aclara que evitan tratar a pacientes en estado de gestación.

Orquera añade que las personas con hipotiroidismo, con epilepsia e hipertensión arterial requieren de la autorización de un médico para acceder a ese tratamiento.

¿Qué efecto tiene el CO2? Con la aplicación del dióxido de carbono se busca oxigenar los tejidos. Aquello, precisamente, ayuda a la disolución de la grasa localizada, a la eliminación de las llamadas ojeras, a la reducción de líneas de expresión... “Ese tono oscuro que aparece debajo de los ojos se da por la mala oxigenación”, afirma López.

En comparación con la oxigenoterapia, esa especialista dice que el dióxido de carbono tiene una mejor difusión dentro del tejido sub-cutáneo. Sin embargo, aclara que ese tratamiento y la ozonoterapia tienen el mismo objetivo.

Para eliminar a las molestosas ojeras, por ejemplo, se requiere de unas 10 sesiones –cada una cuesta entre USD 30 y USD 40-. En ese caso, por tratarse de una zona delicada, solo se realiza un ‘pinchazo’ por cada sesión. Le tomará hasta 10 minutos. Cuando se retira la aguja se busca expandir el gas con la ayuda de los dedos.

Para ver los efectos en un corto plazo se recomiendan tres sesiones a la semana. La aplicación del gas, por lo general, va acompañada de una charla de alimentación y de los cuidados que el paciente debe tener después del tratamiento. Los resultados pueden durar meses, semanas o años dependiendo del cuidado que se tenga.

Para eliminar las ojeras, por ejemplo, se requiere también de un descanso adecuado. El tratamiento para eliminar la grasa localizada, en cambio, va acompañado de ejercicio y de una alimentación libre de grasas saturadas y de azúcares. Las sesiones pueden llegar a 15 y en cada una puede haber entre tres y cuatro ‘pinchazos’. "Todo depende del paciente", afirma Orquera.

¿Riesgos? López afirma que no existe ninguno, ya que las dosis de gas se regulan con antelación. “Se aplasta un botón para tratar estrías, otro para eliminar grasas…”. Aclara, sin embargo, que es posible que aparezcan pequeños hematomas en la piel producto del ‘pinchazo’.

Pero eso también se puede evitar cuando la clínica o centro de estética cuenta con el personal capacitado. Ese profesional, precisamente, es el encargado de realizar una evaluación antes de inyectar el C02.

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