César Paz y Miño considera que este logro científico tiene aplicaciones que podrían beneficiar a la humanidad. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.
Hoy no resulta descabellado pensar en la posibilidad de diseñar un genoma completo en una computadora. Esa fue la idea de un grupo de científicos de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, en Suiza, que convirtió la información generada por la computadora en una estructura de ADN real.
El microorganismo sintético que diseñaron se llama Caulobacter ethensis-2.0. Para lograrlo, sus creadores se basaron en el genoma de otra bacteria, llamada Caulobacter crescentus. Este organismo existe de forma natural en aguas de manantiales, ríos y lagos de todo el mundo.
Los científicos de la Politécnica de Zúrich aclararon, para no causar temores apocalípticos, que esto no significa que exista un “organismo” vivo generado a partir de ese ADN. En realidad, se trata de uno artificial.
Los científicos creadores prevén numerosas aplicaciones, como la producción de moléculas farmacéuticas, vacunas o vitaminas.
Con este trabajo, se abre, por ejemplo, una nueva era en la fabricación de medicamentos. Hoy en día, ya se utiliza la ingeniería genética para producir algunos medicamentos como los biológicos, pero diseñar por computador microorganismos más específicos a las necesidades humanas significaría una gran revolución.
Al referirse a este logro, César Paz y Miño, director del Centro de Investigación Genética y Genómica de la UTE, advirtió que por medio de la Bioinformática es factible ‘jugar’ con los genes para ver qué les pasaría si mutan o se duplican, por citar un ejemplo.
Paz y Miño explicó, además, que las caulobacters son bacterias que existen en el medio y precisa que el trabajo de estos investigadores consistió en introducir un nuevo ADN, es decir, el diseñado por computadora, para crear una nueva bacteria que en este caso es artificial. Lo que se esperaría, precisa, es que la bacteria se divida y tenga las mismas funciones que la original.
La creación de este tipo de bacterias por computadora puede tener una aplicación práctica. Para Paz y Miño, podrían ser empleadas para la degradación de sustancias tóxicas, como petróleos, plásticos y pesticidas, entre otros.
Patricia Garrido, investigadora del Centro de Investigación de Alimentos de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería de la UTE, hizo hincapié en que esta nueva bacteria fue diseñada a partir de una bacteria madre, que es la Caulobacter crescentus.
Al explicar cómo lo consiguieron, señala que los científicos tomaron los pares de bases que conforman el genoma de la bacteria madre, pero solo las indispensables para sintetizar proteínas.
En definitiva, lo que hicieron los investigadores fue tomar cierta información del genoma de la bacteria madre y realizar una síntesis de este.
De este modo, lograron que tenga todos los genes funcionales dentro de una bacteria.
Garrido aclaró que aún falta por demostrarse cómo se va a trasladar esto a un organismo vivo. En un futuro -dice- si se logran todos los genes funcionales y se consigue conocer todas las proteínas involucradas en este organismo sintético, se pueden generar vacunas.
La investigadora considera que también se puede trabajar en contra de la resistencia bacteriana. Al conocer los genes de cierta bacteria que estén relacionados con un cierto tipo de resistencia, se pueden generar protecciones para el organismo.
Dayana Espinoza, técnica docente del Laboratorio de Microbiología de la UTE, cree que este logro es importante.
La especialista lo califica como algo nuevo, porque antes se clonaban determinadas bacterias. En cambio, “ahora hay una secuenciación completa del genoma”. Dijo, además, que este tipo de investigaciones se deben manejar con sumo cuidado para evitar el bioterrorismo, es decir, el uso malintencionado de bacterias.