Con la ayuda del microscopio, el médico Luis Enrique Plaza revisa algunas placas que se hallan sobre su escritorio. Detrás, en el monitor de su computadora, aparecen varias fotografías de un ensayo clínico.
Esas son algunas muestras de la investigación que dirigió en febrero pasado en el laboratorio de Inmunopatología del Hospital Teodoro Maldonado Carbo, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en Guayaquil. “Aquí se realizó la extracción y cultivo de células madre de cordón umbilical“, explica Plaza, quien coordinó este proyecto con 12 especialistas, en acuerdo con la Universidad de Guayaquil y expertos en biotecnología.
Se trata de la primera vez que en este hospital se separan células madre de cordón umbilical (clasificadas en multipotenciales y unipotenciales). Plaza recuerda que en 1988 este mismo laboratorio fue protagonista en desarrollar anticuerpos monoclonales por primera vez en América Latina.
En ese tiempo el especialista participó con científicos de Brasil, Colombia, Cuba y México en la creación de estos anticuerpos, hoy esenciales para el tratamiento y diagnóstico del cáncer y otros males. Actualmente, la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos o Agencia de Drogas y Alimentos de EE.UU.) ha aprobado 17 anticuerpos monoclonales.
Ahora, frente al resumen del nuevo proyecto de células madre, Plaza explica el procedimiento paso a paso. En una cámara de flujo, totalmente hermética, extrajeron la sangre de varias muestras de cordón.
Luego aplicaron métodos para separar los componentes de la sangre y colocaron las células en medios de cultivos enriquecedores (uno de ellos denominado RPMI 160).
A la vez, obtuvieron un producto de cultivo celular del mismo cordón. “El fin es crear un banco de células madre y no solo almacenarlas, sino multiplicarlas. Luego podemos criopreservarlas y darles uso en diversos tratamientos médicos”.
La materia prima para esta investigación la obtuvieron del área materno-infantil del Hospital Teodoro Maldonado. Su jefe, Edmundo Vera Chara, explica que hicieron tres pruebas para tomar muestras durante cesáreas, todas con el consentimiento de las pacientes.
La casa de salud registra entre 3 500 y 4 000 nacimientos cada año, que podría aportar a la conformación de un banco de células madre, como asegura Vera. “De estas células se puede obtener cualquier tipo de tejido. Este estudio es un avance, es la aplicación de biotecnología a la medicina”.
Los resultados del proyecto fueron presentados a las autoridades del IESS para conseguir el respaldo en la remodelación y equipamiento del laboratorio y la construcción de habitaciones con parámetros estrictos de bioseguiridad para aplicar terapias a futuro, a pacientes que lo requieran.
También buscarán la certificación del Organismo Nacional de Trasplantes de Órganos y Tejidos (Ontot). Esto en un plazo de dos años.
“Nos hemos planteado hacer trasplantes de médula ósea en pacientes con leucemia. Queremos revivir esa historia de este laboratorio que en los 90 también colaboró para hacer trasplantes renales”, indica Plaza. Para este tratamiento oncológico analizan otras técnicas de cultivo de células T reguladoras del receptor, que aportarán a elevar la inmunidad del paciente y disminuirán el riesgo de rechazo.
La celularidad mínima para un trasplante de médula ósea es de 1 500 000 células progenitoras. Un cordón, normalmente, sirve para un paciente con no más de 30 kg, generalmente niños. Por eso, las técnicas de multiplicación celular para obtener la cantidad adecuada abren muchas posibilidades.
El desarrollo de estos procedimientos inquieta a los investigadores del mundo. El año pasado, el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de España y hospitales universitarios de Suecia y Holanda lograron la multiplicación al juntar células madre del cordón umbilical con células madre mesenquimales, obtenidas de la médula ósea. Con este método se espera extender los trasplantes de pacientes pediátricos a adultos, ya que en el cordón umbilical hay pocas células madre.
También a fines del año anterior, científicos del Centro Médico Cardinal Bernardin de la Universidad de Loyola (Illinois) desarrollaron la tecnología StemEx, con la cual cultivaron las células madre de cordón en un laboratorio y después de 21 días notaron que incrementaron hasta en 14 veces el número de células disponibles para trasplante.
Esta técnica se aplicó a 101 pacientes con leucemia y linfoma. Luego fueron comparados con 295 pacientes que habían recibido dosis dobles de células madre de cordón. Después de 100 días del tratamiento notaron que la tasa de supervivencia fue de 84% en el primer grupo frente al 74% en el segundo. Sus resultados fueron presentados en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Hematología.
Para el oncólogo Carlos Freire, del Teodoro Maldonado, contar con un banco de células madre generaría múltiples beneficios a los afiliados y jubilados del IESS. El especialista en terapia celular asegura que estas células no solo pueden aportar a tratamientos contra el cáncer, sino también en regeneración, por ejemplo, en pacientes con pie diabético. La aplicación en ciertas patologías neurológicas y la regeneración muscular cardiaca son otras áreas.
En contexto
En 1988, en este laboratorio del IESS, se produjo por primera vez en América Latina anticuerpos monoclonales. Fue bajo la guía de César Milstein, premio Nobel de Fisiología y Medicina (1984). Estos son aplicados para el tratamiento y diagnóstico de cáncer y otros males.
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