En Australia, un científico creo una máquina que regresa, los huevos cocidos, a su estado natural. Foto: Wikicommons
Un científico australiano fue reconocido con el premio Ig Nobel, una parodia estadounidense de los auténticos premios Nobel suecos, por un invento capaz de “deshervir” un huevo, según se anunció el 18 de septiembre.
El profesor de Química Colin Raston, de la Universidad Flinders en Adelaida, y su equipo crearon un artefacto, el “Vortex Fluidic Device“, algo así como un molino para fluidos, que deshace proteínas, entre ella la responsable de que un huevo se solidifique.
El artefacto utiliza energía mecánica giratoria para deshacer el efecto de la energía térmica utilizada para endurecer un huevo. El calor hace que las proteínas largas de la clara del huevo se mezclen para formar una masa más compacta, que se endurece y toma el color blanco.
El artefacto de Raston hace pasar esas proteínas unidas, en una solución a través de un tubo giratorio donde las fuerzas cortantes las vuelven a separar y éstas vuelven a su forma original. No se puede utilizar un huevo entero con cáscara para usar esa técnica, pero el artefacto tiene una aplicación más seria que permitiría aumentar la potencia de las medicinas contra el cáncer.
Los expertos aseguran que la técnica minimizaría los residuos durante la producción de medicinas y permitiría una producción más efectiva de medicinas para combatir tumores con menos impacto para el resto del cuerpo del paciente, limitando los efectos secundarios.
Por sus esfuerzos, la Universidad de Harvard premió a Raston con el Ig Nobel, un premio internacional con el que se reconocen investigaciones científicas extrañas que hacen reír a la gente, pero también pensar. “¡Wow! ¿Realmente hice eso?”, se preguntó Raston. “Esto ocurre viviendo un sueño. Todos los científicos quieren hacer algo significativo, pero esto tiene el factor ‘wow’.