Los científicos volvieron a analizar la gran extinción a partir de un conjunto de fósiles completos hallados en la Isla Seymour, en la Antártica Foto: Wikicommons
Las erupciones volcánicas y las emisiones de enormes cantidades de dióxido de carbono contribuyeron, junto al conocido impacto de un meteorito, a la extinción de los dinosaurios al final del periodo Cretácico, según revela un estudio publicado el martes 5 de julio de 2016 por la revista Nature.
La investigación, desarrollada por científicos de las universidades de Michigan y Florida (ambas en EE.UU.), apunta a que la desaparición de los dinosaurios terrestres y de tres cuartas partes de las especies de la Tierra hace aproximadamente 66 millones de años se debió a un doble mecanismo de aniquilación relacionado con el cambio climático.
A través del análisis de fósiles en la Antártica y de dos variaciones bruscas de la temperatura de sus aguas, los expertos observaron que un primer ciclo de extinción detectado al final del Cretácico pudo estar relacionado con grandes erupciones volcánicas ocurridas en la región de Deccan Traps, en la India.
El segundo ciclo está vinculado al impacto de un gran meteorito en Chicxulub, en la península mexicana del Yucatán, en el límite entre el Cretácico y el Paleógeno.
Una parte de la comunidad científica todavía sostiene que el mecanismo principal que provocó la extinción fue el impacto del meteorito, mientras que el mecanismo secundario se relaciona con las masivas erupciones volcánicas.
No obstante, la proximidad en el tiempo entre esos dos eventos, así como la ausencia de registros de fósiles completos, ha complicado hasta ahora su diferenciación, explican los autores de este nuevo estudio.
Los científicos volvieron a analizar la gran extinción a partir de un conjunto de fósiles completos hallados en la Isla Seymour, en la Antártica.
Para su examen, recurrieron a una nueva técnica denominada “paleotermometría de isótopos de carbono agrupados”, con la que fueron capaces de calcular con más exactitud los cambios ocurridos en la temperatura de las aguas, los cuales quedaron impresos en las conchas de moluscos durante ese periodo a caballo entre el Cretácico-Paleógeno.
Así constataron que la extinción de las especies coincidió con dos rápidos aumentos de la temperatura del mar.
La primera ocurrió como consecuencia de las erupciones volcánicas y la emisión de grandes cantidades de dióxido de carbono en Deccan Traps al final del Cretácico, mientras que la segunda, menos pronunciada, tuvo lugar 150 000 años más tarde, en el límite ya con el Paleógeno y coincidiendo con el impacto del meteorito.
Los expertos sugieren que los eventos que provocaron el primer ciclo de la extinción sacudieron el equilibrio del ecosistema, lo que acentuó su vulnerabilidad de cara a la llegada del gran asteroide.
“Estos nuevos registros de la temperatura demuestran que existe un vínculo directo entre el vulcanismo y el impacto y los ciclos de extinción. Ese vínculo es el cambio climático”, destaca Sierra Petersen, de la Universidad de Michigan.
La científica recurre a un símil pugilístico para explicar que la “extinción masiva del final del Cretácico” fue causada por una “combinación” de los eventos ocurridos en India y Chicxulub.
“En teoría -dice-, fue como un golpe de boxeo uno-dos”.