Un farmacéutico prepara una dosis de la vacuna AstraZeneca y Oxford contra el covid-19, en una farmacia de París como parte de la campaña de vacunación contra la enfermedad por coronavirus (covid-19), en Francia. Foto: Reuters
Casi una decena de países reanudaron el viernes el uso de la vacuna contra el covid-19 de AstraZeneca, ya que reguladores británicos y de la UE dijeron que los beneficios superan cualquier riesgo, tras informes de casos raros de coágulos que llevaron a detener temporalmente su administración.
El fin de las suspensiones inicia una prueba de confianza pública, tanto en la vacuna como en los reguladores, cuyas conclusiones están bajo un escrutinio sin precedentes, mientras se propagan las variantes del virus y aumenta el número mundial de muertes por la enfermedad, que ahora suman casi 2,7 millones.
Indonesia siguió a Alemania, Francia y otras naciones en la reanudación de las inyecciones. La vacunación con el producto de AstraZeneca se paró tras informes de una treintena de casos de coágulos sanguíneos cerebrales raros entre millones de inyecciones, con lo que se debió investigar si había un vínculo.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) llegó a lo que llamó una conclusión clara de que los beneficios de la vacuna para proteger a las personas de la muerte u hospitalización relacionada con el coronavirus superaban los posibles riesgos.
Aún así, la EMA declaró que no se podía descartar definitivamente un vínculo entre los eventos raros de coágulos de sangre en el cerebro y la inyección y dijo que continuará su escrutinio, junto con la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios de Gran Bretaña (MHRA).
“Esta es una vacuna segura y eficaz“, sostuvo el director de la EMA, Emer Cooke, en una sesión informativa el jueves. “Si fuera yo, mañana me vacunarían”.
La EMA dijo que actualizaría su guía sobre la vacuna para incluir una explicación para los pacientes sobre los riesgos potenciales e información para los profesionales de la salud, para ayudar a las personas a reconocer los casos en los que pueden necesitar buscar asistencia médica tras una dosis.
Tras la declaración de la EMA, otras autoridades también quisieron reforzar la confianza en la vacuna de AstraZeneca, que se considera a nivel mundial como un activo importante por sus requisitos de almacenamiento y transporte relativamente fáciles y su precio económico, en comparación con las vacunas de ARNm fabricadas por Pfizer y Moderna.
“En lo que realmente deberíamos concentrarnos es en que esto es increíblemente tranquilizador. Los procesos están funcionando, el monitoreo de seguridad que todos esperamos de nuestras autoridades está sucediendo”, dijo Andrew Pollard, que dirige el Grupo de Vacunas de Oxford, a la radio BBC.
“Necesitamos continuar monitoreando la seguridad, pero al final es el virus contra el que estamos combatiendo, no las vacunas”.
La Universidad de Oxford está asociada con AstraZeneca en el desarrollo de la vacuna.
Alemania reanudó la administración de la vacuna de AstraZeneca el viernes por la mañana, mientras que el primer ministro francés, Jean Castex, indicó que buscará promover una reanudación similar en su país y que se vacunaría él mismo el viernes.
El primer ministro italiano, Mario Draghi, dijo que Italia haría lo mismo, replicando declaraciones de Chipre, Letonia y Lituania. España reanudará la administración desde el miércoles mientras que en América, Canadá también dio su respaldo a la vacuna.
La MHRA de Gran Bretaña está investigando cinco casos del raro coágulo de sangre cerebral que se informó entre los 11 millones de inyecciones administradas en Reino Unido.
La agencia afirmó que investigaría informes de coágulos en las venas cerebrales (trombosis de la vena sinusal o CSVT) que ocurren junto con plaquetas bajas poco después de la vacunación. Pero sostuvo que el uso de la vacuna debería continuar y un funcionario dijo que el lanzamiento en el territorio probablemente no se detendría aun si se probaba un vínculo.
La propia revisión de la farmacéutica que cubrió a más de 17 millones de personas que recibieron su inyección en la UE y Gran Bretaña no encontró evidencia de un mayor riesgo de coágulos sanguíneos.
La Organización Mundial de la Salud, que esta semana también reafirmó su apoyo a la inyección que sigue siendo una pieza central de su programa de intercambio de vacunas COVAX, planea el viernes dar una actualización sobre la propia revisión de su comité asesor de vacunas.
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