El científico Stephen Hawking por años utilizó sus conocimientos científicos para hablar de los posibles escenarios futuros en la Tierra. Foto: EFE.
Hace 20 años, el físico británico Stephen Hawking ofreció una entrevista a The Telegraph en la que se refirió al temor de que la humanidad se vea amenazada a causa de un virus. Con la pandemia del SARS–CoV–2 que ha sumido al mundo en crisis, las declaraciones del científico toman nuevamente relevancia.
Hawking nació en plena Segunda Guerra Mundial en 1942 y falleció el 8 de marzo de 2018, a causa de la enfermedad que le diagnosticaron a los 21 años, esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Sin embargo, el científico nunca sufrió de una alteración de conciencia y sus facultades mentales permanecieron intactas. Su cuerpo sí se vio afectado por la enfermedad degenerativa que padecía, la misma que le obligaba a estar en una silla de ruedas.
Sus teorías sobre los agujeros negros son altamente reconocidas en el mundo de la ciencia. Asimismo, el físico utilizaba sus conocimientos para indagar en otros ámbitos. De esta manera pudo hacer algunas predicciones de lo que podría ocurrir con los humanos en la Tierra.
Al hablar sobre los virus, Hawking mencionó que le preocupaba la biología, ya que no era posible controlar todos los laboratorios del mundo y “eventualmente terminaremos creando un virus que nos destruya”, le dijo al The Telegraph.
Pero los virus no eran la única preocupación de Hawking. En 2014, el físico le habló a la BBC sobre el peligro que supone el desarrollo de la inteligencia artificial. Y manifestó que en algún momento los robots podrían igualarnos o superarnos y que “los humanos, que somos seres limitados por nuestra lenta evolución biológica, no podremos competir con las máquinas y seremos superados por ellas”.
El calentamiento global era otro de los temas inquietantes para el científico, por ser una de las mayores amenazas de la vida en la Tierra. Y se refería al ‘punto de inflexión’, momento en el que la temperatura del planeta sea irreversible.
Hawking además, dijo que las acciones de los países serán transcendentales para evitar el ‘punto de inflexión’ y que la Tierra “no se convierta en Venus, con una temperatura de 250º C y lluvias de ácido sulfúrico“.