Curiosity se convirtió en una estrella, gracias, entre otras cosas, a una inteligente estrategia en las redes sociales de personalizar al vehículo, publicando mensajes desde una perspectiva del “yo”, que le valieron unos 3,7 millones de seguidores en Twitter. Foto: Archivo AFP
“Aterrizaje confirmado”: fueron las palabras que salieron de los altavoces del centro de control de la NASA de Pasadena, en California, desatando la euforia general, aplausos, abrazos y lágrimas de alegría y alivio.
“Era como si estuviéramos en los Juegos Olímpicos y este equipo hubiera ganado el Oro”, recuerda el director del centro, Charles Elachi. El motivo de la celebración no era otro que el aterrizaje de un robot de seis ruedas, unos 900 kilogramos de peso y el tamaño de un pequeño automóvil en la superficie de Marte, de la que el próximo domingo se cumplen justamente cinco años.
Atrás quedaban seis años de desarrollo del robot, costes de casi USD 2 000 millones de euros, ocho meses de vuelos espaciales y una complicada maniobra de aterrizaje que la agencia espacial estadounidense había tildado ya de “siete minutos de un miedo torturador”.
Después se convirtieron en los “siete minutos del triunfo”. “Estaba todo el tiempo como sentado sobre brasas de carbón”, contó el entonces director de la NASA Charles Bolden poco después del aterrizaje. “Sencillamente es increíble”.
El entonces presidente estadounidense Barack Obama celebró el aterrizaje como un “logro tecnológico sin precedentes”. “Hoy, Estados Unidos ha escrito historia en Marte”, dijo. Poco después, el Curiosity comenzó a enviar las primeras imágenes granuladas a la Tierra, que volvieron a desatar el entusiasmo.
En ellas se veían las sombras del vehículo, el suelo pedregoso del planeta y mucho polvo levantado por el aterrizaje. Más tarde, el vehículo comenzó a circular, movido por una batería atómica, y envió más fotos de mejor resolución.
También empezó a utilizar sus instrumentos científicos. Curiosity puede, por ejemplo, recoger muestras del suelo y analizarlos en un laboratorio propio al instante. Además, cuenta con varias cámaras a bordo, un láser, una estación meteorológica, un aparato de medición de radiación y otro para detectar hidrógeno.
La ciencia ha descubierto muchas cosas en los últimos cinco años, el último de ellos, por ejemplo, que el joven Marte cumplió durante muchos millones de años las condiciones necesarias para albergar vida. Ya al inicio de la misión, la NASA prometió “descubrimientos más allá de nuestra capacidad de imaginación”.
Curiosity se convirtió en una estrella, gracias, entre otras cosas, a una inteligente estrategia en las redes sociales de personalizar al vehículo, publicando mensajes desde una perspectiva del “yo”, que le valieron unos 3,7 millones de seguidores en Twitter.
Y además, el laboratorio con ruedas de la NASA pulía al mismo tiempo la imagen de la agencia espacial estadounidense. Y es que la NASA ya echaba de menos ese tipo de éxitos, después de que el recorte de presupuesto y el final impuesto desde la política de la era de los transbordadores espaciales tras 30 años de funcionamiento hubieran dañado con fuerza su autoestima.
“Muchos dijeron que la NASA había perdido su propio camino, que ya no sabíamos cómo investigar ni teníamos valor”, cuenta el director científico de la agencia John Grunsfeld. “Ahora podemos decir que la NASA sabe cómo investigar, hemos investigado y estamos en Marte“.
Hace tiempo que Curiosity logró ya sus objetivos originales: ¿Dos años circulando por el cráter Gale en Marte? Conseguido. ¿Demostrar que una vez fue posible la vida en el Planeta Rojo?Conseguido. Ahora el periodo de la misión se ha ampliado hasta “el máximo posible” e incluso podría quedarse una década, señala Sarah Marcotte del equipo.
“Tiene una construcción muy robusta”. Sin embargo, ya ha tenido algunos “achaques”. Sobre todo las ruedas, que han tenido un uso mucho mayor del originalmente previsto, muestran desgaste y grietas. Pero ello podría cambiar con un nuevo algoritmo para reducir el desgaste, tuiteó Curiosity recientemente. “Soy un conductor. Soy un ganador. Todo cambiará, puedo sentirlo”.