Según la NASA, el hueco que cubre un costado del Sol no es necesariamente una afectación real a su superficie. Foto: Observatorio de Dinámica Solar
Antes de finalizar el 2016, la NASA descubrió un extraño agujero negro que cubría el 8% de la superficie del Sol. A primera vista, se trataría de un “enorme hueco” que se extiende por varios millones de kilómetros cuadrados de la estrella, pero ¿en realidad se trata de una inmensa depresión en el Astro Rey?
Según la NASA, el hueco que cubre un costado del Sol no es necesariamente una afectación real a su superficie. Es decir, la apariencia deprimida de la estrella se debe a la emisión de las llamadas corrientes de viento solar, unas partículas expulsadas de la atmósfera superior del Sol y que pueden tener una velocidad de 400 kilómetros por segundo.
En ocasiones, la expulsión de los vientos solares pueden llegar hasta los 800 kilómetros por segundo provocando que se generen áreas abiertas del campo magnético del Astro, materializadas bajo la forma de enormes agujeros negros. No obstante, la permanencia de estos huecos es variable y oscila entre semanas y meses.
Dada la fuerza de los vientos solares, es algunas ocasiones pueden producir que el Sol presente agujeros de hasta un cuarto de su superficie. Ya al nivel del planeta Tierra, ese fenómeno se lo puede apreciar a través de las conocidas auroras polares.
Una vez que las partículas solares se desprenden de la estructura del Sol, llegan a Tierra. Cuando tiene contacto con la magnetosfera, interactúan con ella.
Ese hecho da como consecuencia las conocidas auroras polares, es decir, el fenómeno luminoso que se presenta en el cielo nocturno, de manera preferente entre los meses de septiembre y marzo en el hemisferio norte (aurora boreal), y entre marzo y septiembre en el hemisferio sur (aurora austral).