Foto referencial. Científicos de la India esperan que sus hallazgos acaben con el argumento de que las mascarilla de tela normales son ineficaces, pero enfatizan que deben continuar usándose junto con el distanciamiento social. “El distanciamiento adecuado es algo que no se debe ignorar, ya que las mascarillas no son infalibles”, señala Simha. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Investigadores indios han analizado la eficacia de distintos tipos de mascarillas con el objetivo de disipar las dudas que algunas personas tienen al respecto sobre este método que se ha impuesto en todo el mundo para combatir el covid-19, y han comprobado que la efectividad de las mascarillas de tela y, al mismo tiempo, que toser en el codo no sirve, salvo que se lleve manga larga.
Para disipar estas dudas, Padmanabha Prasanna Simha, de la Organización de Investigación Espacial de la India, y Prasanna Simha Mohan Rao, del Instituto Sri Jayadeva de Ciencias e Investigaciones Cardiovasculares, visualizaron experimentalmente los campos de flujo de la tos en varios escenarios comunes con la boca cubierta y han presentado sus hallazgos en la revista ‘Physics of Fluids’.
“Si una persona puede reducir el grado de contaminación del medio ambiente al mitigar la propagación, es una situación mucho mejor para otras personas sanas que pueden ingresar a lugares que tienen áreas tan contaminadas”, destaca de partida Simha.
La densidad y la temperatura están estrechamente relacionadas y la tos tiende a ser más cálida que en el aire circundante. Aprovechando esta conexión, Simha y Rao utilizaron una técnica llamada imágenes schlieren, que visualiza cambios en la densidad, para capturar imágenes de toses voluntarias de cinco sujetos de prueba. Al rastrear el movimiento de una tos en imágenes sucesivas, el equipo estimó la velocidad y la dispersión de las gotas expulsadas.
Como era de esperar, encontraron que las máscaras N95 eran las más efectivas para reducir la propagación horizontal de la tos. Las máscaras N95 reducen la velocidad inicial de la tos hasta en un factor de 10 y limitan su propagación entre 0,1 y 0,25 metros.
Una tos sin mascarilla en cambio puede viajar hasta 3 metros, pero incluso una simple mascarilla desechable puede reducirlo hasta 0,5 metros.
“Incluso si una máscara no filtra todas las partículas, si podemos evitar que las nubes de tales partículas viajen muy lejos, es mejor que no hacer nada –recuerda Simha–. En situaciones en las que no se dispone de máscaras sofisticadas, cualquier mascarilla es mejor que ninguna para el público en general para frenar la propagación de la infección”.
Algunas de las otras comparaciones, sin embargo, fueron sorprendentes. Por ejemplo, usar un codo para cubrir la tos se considera típicamente una buena alternativa en caso de apuro, lo cual es contradictorio con lo que la pareja encontró.
A menos que esté cubierto por una manga, un brazo desnudo no puede formar el sello adecuado contra la nariz necesario para obstruir el flujo de aire. Luego, la tos puede filtrarse a través de cualquier abertura y propagarse en muchas direcciones.
Simha y Rao esperan que sus hallazgos acaben con el argumento de que las mascarilla de tela normales son ineficaces, pero enfatizan que deben continuar usándose junto con el distanciamiento social. “El distanciamiento adecuado es algo que no se debe ignorar, ya que las mascarillas no son infalibles”, señala Simha.