¿Por qué el lavado es más efectivo que el alcohol contra virus y bacterias?

El lavado de manos es una de las principales vías de blindaje ante el covid-19. Este jueves 15 de octubre del 2020. Foto: REUTERS

El lavado de manos es una de las principales vías de blindaje ante el covid-19. Este jueves 15 de octubre del 2020. Foto: REUTERS

El lavado de manos es una de las principales vías de blindaje ante el covid-19. Foto: REUTERS

Durante la pandemia, una de las formas más baratas, sencillas e importantes de prevenir el contagio ha sido lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón.

El neumólogo César Collantes explica que los virus respiratorios como el SARS-CoV-2 se contagian cuando la mucosidad o las gotas que los contienen entran en el cuerpo a través de los ojos, la nariz o la garganta. Pero a menudo el virus puede transmitirse fácilmente de una persona a otra a través de las manos, excepto si están bien lavadas.

El jabón mata al coronavirus al destruir la capa de grasa exterior que lo envuelve. El virus está cubierto con esta película que protege su material genético. Sus proteínas internas le ayudan a infectar las células humanas. Sin embargo, la molécula del jabón tiene un arma contra el SARS-CoV-2: su cola hidrófoba, que rechaza el agua, pero es afín a los aceites y a la grasa, en este caso, del virus.

Esta cola de las moléculas de jabón se conecta a la capa de grasa del microorganismo patógeno y la rompe. Al suceder esto las proteínas del virus quedan expuestas y son destruidas. Junto a otros fragmentos del virus serán arrastrados por el agua.

En un reportaje, la BBC resalta que el jabón logra que la envoltura viral se disuelva, de manera que las proteínas y el ARN se deslían y el virus metafóricamente muera -realmente se desactiva, pues los virus no están precisamente vivos-.

Pero para eliminar cualquier rastro del patógeno de las manos, no basta con frotar y liberarse del jabón rápidamente.

El proceso debe incluir cinco pasos: primero mojarse las manos con agua corriente; luego, aplicar una cantidad suficiente de jabón para cubrirlas cuando estén mojadas; después, frotarlas por toda la superficie (el dorso, el espacio entre los dedos y debajo de las uñas) durante al menos 20 segundos; a continuación, enjuagarlas bien con agua corriente y finalmente hay que secarlas con un paño limpio o una toalla de un solo uso.

Si se usa alcohol o gel desinfectante de manos este debe tener el 60% de concentración y debe llegar a cada rincón de ellas. Pero, además, estos son menos efectivos que el jabón en las extremidades visiblemente sucias.

Por otro lado, los desinfectantes de manos con alcohol matan al SARS-CoV-2, pero no a otros tipos de bacterias y virus. Por ejemplo, son relativamente ineficaces contra el norovirus y el rotavirus que causan diarrea. El jabón es más efectivo contra los microorganismos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lavarse las manos después de sonarse la nariz, toser o estornudar; también después de visitar un espacio público, como transportes, mercados y lugares de culto; además, después de tocar superficies fuera del hogar, por ejemplo, dinero; por otra parte, antes y después de cuidar a una persona enferma y antes y después de comer.

En general, siempre se debería lavar las manos luego de ir al baño; también cuando se está en contacto con la basura; después de tocar animales y mascotas; luego de cambiarle el pañal a un bebé o de ayudar a un niño a usar el retrete y siempre que se tengan las manos notoriamente sucias.

Para lavarse las manos se puede usar agua a cualquier temperatura: la fría y la caliente son igual de efectivas a la hora de eliminar virus y otros gérmenes, siempre y cuando se utilice jabón.

Hay que tomar en cuenta también que los microorganismos patógenos se propagan más fácilmente por la piel húmeda que por la piel seca, así que es importante secarse las manos por completo.

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