La crisis derivada del covid-19 provocó que los recursos destinados a investigación científica no se incrementasen en el país en el 2020, para todas las áreas. Según los científicos consultados, el único campo que pudo realizar más avances fue el de la biomedicina.
Los investigadores que más trabajo tuvieron, dicen los expertos, son los que estudian temas relacionados con medicina, creación de pruebas biomoleculares, análisis de datos y tecnologías de la información y la comunicación. Mientras que otras áreas como la investigación social, ambiental o de biología evolutiva debieron realizar una pausa a las salidas de campo, aunque se dedicaron al procesamiento de datos.
Los científicos consultados por este Diario concuerdan en que los presupuestos destinados a investigación fueron bajos en el último año, debido sobre todo a una reducción de presupuesto en las universidades, que son las que más investigación científica producen.
En ese contexto, algunos centros de investigación optaron por conseguir recursos de empresas privadas para realizar estudios relacionados con la pandemia, como es el caso de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).
Juan Manuel Guayasamín, vicedecano de Investigación de esa institución, señala que el año anterior fue uno de los más productivos en cuanto a los estudios para el Instituto de Microbiología y el Colegio de Ciencias de Salud.
La situación no fue la misma para otras universidades. Javier Martínez, líder de investigación en energías renovables de la Universidad Internacional SEK, considera que la crisis redujo los presupuestos de investigación no solo en Ecuador, sino a nivel de Latinoamérica.
Martínez, además, señala que ese es un problema no solo de la pandemia sino que en los últimos dos años no se han abierto convocatorias para proyectos de investigación, lo que retrasa el desarrollo de la ciencia en el país.
Claudia Segovia, cofundadora de la Red de Ecuatoriana de Mujeres Científicas, precisa que en algunas universidades existen fondos que estaban destinados a investigación, pero que se suprimieron, se trasladaron para cubrir otras áreas o simplemente fueron bloqueados y los investigadores no tienen certeza de que en algún momento se liberen para concluir las investigaciones ya en marcha.
Rakan Zahawi, director de la fundación Charles Darwin, señala que las consecuencias de la crisis en el ámbito de la investigación no serán inmediatas, sino que apenas se podrán dimensionar luego de un par de años, por lo menos.
De lo que sí está seguro es que habrá un retroceso significativo en cuanto a las investigaciones en otras áreas que no tienen relación con el covid-19. Por ejemplo, explica que en Galápagos se debieron parar todas las investigaciones que requerían salidas de campo, a causa de la pandemia.
Lo mismo ocurrió en otras localidades, como Manabí. Patricia Castillo, investigadora en biología evolutiva, señala que eso significa que una vez que se retomen las investigaciones, se deberá empezar de nuevo en la recolección de datos y, en algunos casos, incluso se deberá dar mantenimiento a los equipos, lo que implica mayor retroceso en el trabajo. Eso -dice- mientras en otras regiones del mundo, en las que se cuenta con un presupuesto más alto, se avanzó en temas de investigación con medidas de bioseguridad.
Todos concuerdan en que durante el año de pandemia se dedicaron a procesar los datos obtenidos en otros estudios previos.