Inmunidad, la piedra de toque sobre el covid

Científicos realizan pruebas experimentales para una posible vacuna del coronavirus en el laboratorio de cultivo de células de las facilidades de Sinovac Biotech en Pekín, China

Sobre el fútbol y, ahora, sobre el covid-19, todos tienen su opinión.
Y como propios hinchas de su equipo, cada quien defiende con fervor una postura, un estudio o una teoría propuesta por científicos, médicos o estadísticos de prestigiosas universidades, o entidades de renombre que han hecho evaluaciones y elaborado proyecciones para tratar de darle algo de certidumbre a la población y a líderes mundiales respecto de la pandemia.
Pero entre los mismos científicos, académicos y expertos hay posiciones opuestas, extremas y hasta contradictorias. ¿Por qué? Porque, al final, casi todos esos estudios y postulados son solo preliminares.
Si bien presentan evidencia, esta no es definitiva. Solo sugiere ciertas conclusiones. Está aún sujeta a la revisión de pares, porque justamente el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad del covid-19, es nuevo y no se lo conoce lo suficiente.
Por ello se requiere de más ensayos en laboratorio, más datos, muestras más grandes y mediciones de más variables para conocer y definir al ‘bicho’, y esto demanda tiempo.
A finales del mes pasado, prestigiosos académicos de las escuelas de medicina de la Universidad de Stanford y del Sur de California publicaron el estudio ‘Seroprevalencia de anticuerpos de covid-19 en el condado de Santa Clara, California’, en Estados Unidos.
El estudio firmado por 10 especialistas tomó una muestra de 3 330 adultos y niños del condado de Santa Clara que tiene una población de 1,9 millones de habitantes.
A esta muestra se le hizo una prueba de anticuerpos y, luego de una proyección, se estimó que entre el 2,49% y el 4,16% de la población de Santa Clara ya había sido infectado por covid-19. Esto es, entre 48 000 y 81 000 personas.
Con ello, se sugería que había entre 50 y 85 veces más contagiados que el número oficial de casos confirmados, que llegaba a 956 a principios de abril.
El estudio indicaba entonces que el índice de letalidad del virus era significativamente menor al reportado oficialmente. Y, sobre todo, que apenas un 5% de infectados presentaba síntomas y que muchos menos requerían hospitalización. Por ello, se debía dejar ya el confinamiento.
A pocos días de hacerse público el estudio -disponible en la página de investigaciones preliminares MedRxiv.org- varios estadísticos en el mundo echaron tierra sobre él.
Profesores de la Universidad de Columbia dijeron que la muestra tenía imperfecciones y afirmaron que algunos de los números eran producto de errores estadísticos.
En la Universidad de Basilea, en Suiza, emitieron duras críticas sobre la aplicación estadística. Otras instituciones acusaron a los autores de tener visiones sesgadas en favor del regreso a la actividad productiva, y que las pruebas utilizadas podían incluir muchos falsos positivos, por lo cual las proyecciones también eran inexactas.
Más o menos en las mismas fechas, la revista Technology Review, del distinguido Massachusetts Institute of Technology (MIT), publicó una reseña del estudio preliminar ‘Observación directa de infecciones repetitivas con coronavirus endémicos’, de la Universidad de Columbia.
Esta investigación se llevó a cabo entre 2016 y 2018 con la toma de muestras nasales de 191 participantes voluntarios cuando presentaban síntomas similares a la gripe, como catarro y dolor de garganta.
Luego de un año y medio de seguimiento de los voluntarios, los investigadores identificaron una docena de personas que daban positivo dos o tres veces por el mismo coronavirus (no el actual causante de la pandemia, sino virus similares de la misma familia), en ciertos casos con apenas cuatro semanas de diferencia entre la toma de cada muestra.
Esto marca una diferencia importante con respecto a infecciones causadas también por virus como el sarampión o la varicela, donde los enfermos que se recuperan generan una inmunidad de por vida.
Pero para los coronavirus “la inmunidad parece menguar rápidamente”, dijo Jeffrey Shaman, uno de los investigadores del estudio. Por lo cual si el coronavirus causante del covid-19 se comporta igual, la persona podría contagiarse nuevamente aunque ya hubiera padecido la enfermedad. Otra vez, este es un estudio preliminar y no definitivo.
Pero si fuera cierto, en el covid-19 ya no se aplicaría tampoco la inmunidad rebaño.
Esta condición se presenta cuando un número suficiente de personas de una población ya fue contagiado por la enfermedad y genera tal cantidad de anticuerpos que estos cumplen la función de un escudo para los no contagiados.
De esta manera, el virus ya no encontraría personas susceptibles a las que infectar y con ello la transmisión se detendría. Para el nuevo coronavirus se habla de entre un 60% y 70% de la población.
Ahora, si hay indicios de que la inmunidad al coronavirus no dura hasta la muerte del titular, ¿cuánto tiempo podría durar esta protección?
La Sociedad Española de Inmunología respondió la semana pasada en su página de Facebook que ante el contacto con el coronavirus, la persona sí desarrolla protección o inmunidad pero esta sería temporal, y aún no se puede conocer cuánto tiempo duraría.
Otros expertos han hablado de que la inmunidad contra el coronavirus podría durar hasta dos años. Pero esto todavía no se puede conocer a ciencia cierta porque el virus aún no ha estado entre los humanos ni siquiera 12 meses.
Pero volviendo a las teorías sobre el covid-19, otra repetida y que ha guiado las decisiones de los líderes de algunas ciudades es la de los 70 días.
Esta se hizo pública el mes pasado en el periódico británico The Telegraph y la formuló el científico israelita Isaac Ben-Yisrael, quien sostiene que luego de 70 días de entrar en una ciudad o población, el coronavirus desaparece paulatinamente, sin importar que en la población se hayan tomado medidas de confinamiento muy severas o muy relajadas.
El científico llegó a esta conclusión tras comparar datos de diferentes ciudades y países.
Sin embargo, esta teoría ya estaría quedando sin sustento en países como Corea del Sur o China, donde se han dado rebrotes de casos pese a que allí el virus está próximo a superar los cuatro y cinco meses.
En Ecuador, Salud también hizo proyecciones sobre varias ciudades. Médicos y científicos han pedido que se hagan públicos esos estudios y sobre todo su metodología.
Mientras los científicos se ponen de acuerdo, hay que seguir con lo básico: lavarse las manos, mantener la distancia y utilizar la mascarilla.