El profesor y paleontólogo Martin Becker ha demandado a la Universidad William Paterson (Nueva Jersey, EE.UU.), donde impartía clase, por una supuesta negligencia de la institución que habría provocado que 200 fósiles marinos de 380 millones de años hayan terminado en un vertedero de Nashville (Tennessee, EE.UU.).
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El envío de los fósiles
En junio del año pasado, Becker empaquetó los fósiles en 19 cajas independientes de hasta 27 kilogramos para enviárselas a un colega en Florida que iba a ayudarlo con la investigación, según reza la demanda presentada en el Tribunal Superior del Condado de Passaic, en Nueva Jersey, y difundida en las últimas horas.
Cada paquete fue transportado a la sala de correo de la universidad ese día y entregado al supervisor de la misma, pero después de que UPS los recogiera, se les perdió la pista y finalmente habrían acabado en un vertedero.
La causa del bloqueo
El paleontólogo contactó directamente con UPS el 30 de septiembre y le informaron que su colección de fósiles de invertebrados marinos del Devónico fue interceptada y bloqueada porque la Universidad William Paterson no había pagado sus facturas previas pendientes y la cuenta corporativa había sido cancelada.
Un destino desconocido
“Nuestro cliente se enteró después que los paquetes fueron arrojados a un vertedero no identificado en algún lugar de Nashville o sus alrededores”, esgrime la demanda.
Búsqueda sin respuestas
Antes, Becker había rastreado durante semanas el paradero de sus fósiles con constantes llamadas a UPS y al supervisor de la sala de envío de paquetes de la universidad, quien, de acuerdo con el relato del profesor, contestó una y otra vez con evasivas y apuntando que probablemente habrían sido retenidas en la sección antifraude.
La demanda contra la universidad
El demandante reclama ahora una indemnización no especificada a la universidad por unos fósiles a los que dice haber dedicado cientos de horas en su investigación, y que suponían el 80 % de su colección, así como que se le abonen los gastos médicos ocasionados por la angustia emocional que le causó el incidente. EFE
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