El primer “nano-oído”, capaz de escuchar los sonidos emitidos por microorganismos como virus y bacterias, fue creado por físicos de la Universidad Ludwig-Maximilians de Munich, que publicaron sus conclusiones en la revista especializada Physical Review Letteers.
Se trata de un pequeñísimo dispositivo basado en una nanopartícula de oro atrapada ópticamente en un haz láser, que releva sonidos de un orden de magnitud seis veces menor que los percibidos por el oído humano.
Para ello un láser altamente concentrado contiene una partícula de oro de una millonésima de milímetro (nanómetro), funcionando como una pinza óptica, en su haz de luz.
Esta técnica se había utilizado hasta ahora para la observación de especies muy pequeñas, porque no las daña, pero esta vez exhibió propiedades que revelan también su sensibilidad al sonido.
El hallazgo representa el primer paso hacia el desarrollo de la microscopía acústica.
Los investigadores posicionaron el dispositivo en un medio acuoso entre dos fuentes sonoras: una más potente, conformada por una aguja de tungsteno pegada a un altoparlante que vibra a una frecuencia de 300 hertz, y una más débil, hecha de nanopartículas de oro periódicamente calentadas por un segundo láser para crear ondas sonoras a 20 hertz.
Encendiendo una de las dos fuentes, las vibraciones producidas hacen mover la nanopartícula de oro en la misma dirección en que se propagan las ondas sonoras.
Midiendo el desplazamiento, por lo tanto, es posible remontarse a la frecuencia del sonido.
Según los exámenes realizados por los físicos alemanes, el nano-oído estaría en condiciones de captar sonidos de escala microscópica, mucho más allá de las capacidades humanas, llegando a los -60 decibeles.
De este modo podría ser utilizado para escuchar los sonidos producidos por virus y bacterias, así como pequeñísimos objetos artificiales que no pueden ser observados en el microscopio porque absorben o dispersan demasiado la luz.
Uno de los autores de la investigación, Alexander Ohlinger, explicó el alcance del nuevo descubrimiento:
“Podríamos estar en condiciones de desarrollar un nuevo tipo de microscopía acústica, dado que se hace posible ubicar censores acústicos extremadamente sensibles cerca de muestras microscópicas”.