Imagen referencial. El estudio demuestra cómo nuestros parientes extintos obtuvieron sus presas, primero y ante todo en términos de sus armas de caza, al tiempo que arroja luz sobre sus habilidades de caza. Foto: Tomada de Europa Press.
Restos de un par de ciervos muertos, abatidos por los neandertales hace 120 000 años, muestran las lesiones de caza no ambiguas más antiguas documentadas en la historia de la humanidad.
Los esqueletos de estos animales, vÃctimas de un encuentro directo con sus cazadores, que les asaltaron para clavarles lanzas de manera planificada, fueron encontrados a orillas de un pequeño lago cerca de la actual ciudad de Halle, en la parte oriental de Alemania. El estudio fue dirigido por la profesora Sabine Gaudzinski-Windheuser del Departamento de Estudios Antiguos de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz (JGU) y se ha publicado en la revista Nature Ecology and Evolution.
El estudio constituye un importante paso adelante en nuestro conocimiento de los neandertales. , al tiempo que arroja luz sobre sus habilidades de caza.
Con una innovadora configuración balÃstica experimental que incluye la última tecnologÃa en sensores de movimiento, los investigadores pudieron reproducir la forma especÃfica de una de las lesiones.
Los resultados demuestran el uso de una lanza de empuje de madera que se vio afectada con baja velocidad. Esto sugiere que los neandertales se acercaron a los animales muy de cerca y empujaron en lugar de arrojar sus lanzas a los animales, muy probablemente desde un ángulo de empuje oculto. Tal forma de caza de confrontación requerÃa una cuidadosa planificación y ocultamiento, asà como una estrecha cooperación entre los cazadores individuales.
El lago donde se realizaban las cacerÃas estaba rodeado por un bosque de dosel cercano, un tipo de entorno que se considera particularmente desafiante para los cazadores/recolectores, incluso para los humanos modernos.
Curiosamente, las excavaciones en el área de Neumark-Nord han producido decenas de miles de huesos de mamÃferos grandes, incluidos ciervos rojos y gamos, caballos y bóvidos, asà como miles de artefactos lÃticos de este paisaje único e inigualable del último lago interglacial, que acredita el éxito de la supervivencia de los neandertales en ambientes boscosos.
“Aunque es muy probable que los homÃnidos comenzaran a cazar con armas hace más de 500 000 años, no existÃan pruebas reales sobre cómo se utilizaron los objetos similares a las lanzas de madera como las encontrados en Clacton-on-Sea en Inglaterra y en Schöningen y Lehringen en Alemania”, afirmó Gaudzinski-Windheuser.
“En lo que se refiere al uso de las lanzas, ahora finalmente tenemos la escena del crimen adecuada para la proverbial ‘pistola humeante’“, concluyó.