Investigadores mexicanos están a punto de lograr lo que parecía un “sueño imposible”, conseguir una vacuna que elimine la adicción a la heroína al impedir que esta sustancia poderosa y destructiva llegue al cerebro.
Los científicos del Instituto Nacional de Psiquiatría han dedicado 20 años al estudio de esta adicción a fin de poner a punto una sustancia que permita inmunizar a las personas contra el consumo de heroína, que ha registrado un crecimiento en los últimos años, sobre todo en Estados Unidos.
Apenas en marzo pasado el gobierno de Estados Unidos activó una alarma ante una “crisis de salud pública urgente y creciente” provocada por el aumento de las sobredosis de heroína y al abuso de medicamentos analgésicos opioides.
“En la actualidad, hay pocas sustancias más letales que los opiáceos vendidos con receta y la heroína”, afirmó el fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder.
Elena Medina, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría, señaló que desde el punto de vista científico “es un gran experimento que ya ha permitido identificar algunas razones del por qué las personas recurren a las drogas, abusan de ellas y después no pueden dejarlas”. “Cuando una persona se encuentra con las drogas, la primer motivación para consumirlas es el placer que provocan. Para que esto sea posible, la droga tiene que pasar la barrera encefálica y hacer efecto en el cerebro”, indicó.
Sustancias como los opiáceos, a los que pertenece la heroína, “producen mayor placer que el generado por otras actividades como comer, el sexo y todo aquello que emociona y gusta”, afirmó.
La vacuna entonces los que hace es impedir que la droga atraviese la barrera del cerebro.
Según la especialista, hasta ahora, los modelos desarrollados con animales por los científicos mexicanos “muestran claramente que una rata que se ha hecho adicta, al ser inoculada, pierde el interés por la droga”, lo que representa un aliciente para seguir adelante con los estudios.
“En el caso de la heroína, lo que hemos encontrado en esta vacuna es que sí hace que se generen anticuerpos y que la droga no llegue al cerebro y la protección que se logra con la vacuna tiene un tiempo largo de vida”, sostuvo Medina.
Aunque la investigación en animales ha sido exitosa, ahora el desafío de los expertos es “confirmar que esto ocurre en seres humanos.
“Para llegar a esa etapa se deben garantizar más cosas, una de ellas es que la sustancia no sea tóxica para las personas y que salga del organismo sin quedarse en otro órgano”, aseguró.
Además, se pretende verificar que “no produzca efectos tóxicos en otras especies antes de llegar a los seres humanos”. “Estamos trabajando en esto y tenemos esperanza de que en los experimentos últimos que estamos haciendo van a ser exitosos y podremos empezar a hacer pruebas a ese nivel”, dijo la científica, que calcula que harán falta al menos otros cinco años más para poder probar que es una sustancia comercializable.
El número de muertes por sobredosis de heroína se ha disparado un 45% en Estados Unidos entre 2006 y 2010, según cifras oficiales.
En México, el consumo de heroína no es un problema, pero en la zona fronteriza con Estados Unidos sí se ha elevado en forma alarmante. Por ejemplo, en Chihuahua, límite con Texas, se ubica 10 veces por encima de la media nacional, reveló la última Encuesta Nacional de Adicciones.
Un informe de la Organización de las Naciones Unidas difundido en febrero pasado coloca a México como uno de los principales productores de heroína y revela que el año pasado la producción en este país fue tres veces superior a la de Colombia, lo que constituye un indicador de que el consumo mundial se ha incrementado.
De hecho, los expertos atribuyen el aumento de la violencia en zonas “calientes” como Sinaloa, Michoacán o Guerrero fue por el dominio de los campos de amapola que se utiliza para elaborar heroína. Datos oficiales señalan que en esos tres estados se encuentra la mayor parte de laboratorios clandestinos.