El primer cementerio nuclear de España estará situado en la pequeña localidad de Villar de Cañas, en la provincia de Cuenca, a una hora y media en coche al sureste de Madrid, según aprobó hoy el gobierno de Mariano Rajoy.
La decisión se tomó “tras analizar en profundidad el informe sobre las candidaturas elaborado por la Comisión Interministerial creada para la selección del emplazamiento”, señaló el Ejecutivo conservador en una nota.
Los ecologistas rechazaron la medida por considerar, entre otras cosas, que se va a nuclearizar una zona que hasta ahora carecía de instalaciones nucleares. El cementerio, llamado oficialmente Almacén Temporal Centralizado (ATC), recibirá el combustible nuclear gastado y residuos radiactivos de alta actividad, que albergará durante unos 60 años.
La Unión Europea (UE) obliga a que cada país miembro se haga cargo de sus propios residuos nucleares. El gobierno considera que Villar de Cañas, una pequeña población de unos 450 habitantes principalmente agrícola, “reúne todas las características técnicas requeridas para este tipo de instalación”.
El Ejecutivo destacó además que la tasa de desempleo en la zona es elevada, por lo que “el proyecto tendrá un impacto socioeconómico positivo”. En Villar de Cañas, la noticia se recibió con alegría, por el impulso económico que supone.
“Lo llaman cementerio nuclear pero no es ningún cementerio”, dijo su alcalde, José Sáiz.
“El cementerio lo tenemos aquí todos los días porque muere más gente de la que nace”.
El emplazamiento del ATC conlleva una inversión de unos 700 millones de euros. Durante los cinco años que se prevé que dure su construcción se empleará en ella a unos 300 trabajadores.
Además, está previsto el establecimiento de un centro tecnológico de investigación y un parque empresarial. El proceso de selección del emplazamiento del cementerio nuclear comenzó en diciembre de 2009, bajo el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. La decisión sobre el lugar debería haberse tomado el año pasado, pero se fue posponiendo.