El Observatorio Astronómico de Quito, de la Escuela Politécnica Nacional, informa que el equinoccio de marzo de 2025 ocurrirá el jueves 20 de marzo a las 04:01, hora de Ecuador Continental. Este evento astronómico es significativo porque señala el comienzo de la primavera en el hemisferio norte y del otoño en el hemisferio sur.
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El equinoccio: Un fenómeno astronómico clave
El equinoccio, cuyo origen etimológico proviene del latín ‘aequinoctium’ (“noche igual”), se refiere a los días en que la duración del día y la noche es prácticamente la misma en todo el mundo. Este fenómeno tiene lugar debido a la posición especial de la Tierra en su órbita alrededor del Sol, conocida como la eclíptica, de acuerdo con el Observatorio Astronómico.
La inclinación de la Tierra y su impacto en las estaciones
La inclinación del eje de rotación terrestre, de aproximadamente 23 grados, hace que la radiación solar no llegue de forma uniforme a todas las regiones durante el año. Sin embargo, en los equinoccios de marzo y septiembre, el Sol cruza el plano del ecuador terrestre, lo que equilibra la duración de los días y noches en todos los puntos del planeta, a decir de la misma fuente.
El impacto en las regiones polares
Este equinoccio no solo marca un cambio estacional en los hemisferios norte y sur, sino que también provoca cambios extremos en las regiones polares. En el Polo Norte, la oscuridad invernal da paso a seis meses de luz continua, mientras que, en el Polo Sur, ocurre el fenómeno contrario, explica el Observatorio Astronómico.
El equinoccio y el Mushuk Nina en la cosmovisión andina
El equinoccio de marzo coincide con el Mushuk Nina (‘fuego nuevo’), que, según la cosmovisión andina, señala el inicio del calendario andino.
Una de las principales características del Mushuk Nina es encender y custodiar el fuego renovador, acompañado de danzas y alimentos ofrecidos por la Pachamama o madre tierra, según el Ministerio de Cultura y Patrimonio.
Mushuk Nina en Ecuador:
Las celebraciones prehispánicas vinculadas al equinoccio
Carlos Garrido, docente de la Escuela de Gastronomía de la UIDE, explica que, desde tiempos antiguos, las culturas han vinculado sus celebraciones a eventos astronómicos relacionados con el sol y la luna.
Estas festividades, centradas en el aumento o disminución de la luz solar, también se asociaron con la siembra y cosecha, especialmente del maíz en América. En marzo y abril, los pueblos prehispánicos de Sudamérica celebraban la primera cosecha del año con rituales de agradecimiento a la Pacha Mama. Sin embargo, los registros sobre estas celebraciones se perdieron tras la llegada de los españoles y la evangelización.
En resumen, el equinoccio de marzo marca un cambio estacional clave y se vincula con el Mushuk Nina, una tradición andina de renovación. Este fenómeno astronómico refleja la conexión entre los ciclos solares y las festividades agrícolas de los pueblos prehispánicos, lo que destaca su importancia tanto en la ciencia como en la cultura.
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