Los cometas saciaron la sed de la Tierra primitiva

Los astrónomos descubrieron el primer cometa con agua como la de un océano, lo que apoya la teoría de que estos objetos astronómicos fueron una fuente significativa de agua para una sedienta Tierra primitiva.

El intenso calor del planeta nada más formarse implica que cualquier agua inicial que tuviera se habría evaporado con rapidez, y los científicos creen que los océanos emergieron unos 8 millones de años después.

El rompecabezas es de dónde vino el agua, vital para la vida en la Tierra. Análisis pasados del agua congelada que transportan remotos cometas sugieren que podrían haber proporcionado no más del 10 por ciento del agua de los océanos actuales, porque la "huella" química no concuerda. Pero una investigación de Paul Hartogh y sus colegas del Instituto alemán Max Planck para la Investigación del Sistema Solar, publicada el miércoles, mostraba que un cometa llamado 103P/Hartley 2 tiene la misma composición química que los océanos terrestres.

El hallazgo aumenta de forma sustancial la cantidad de agua que podría proceder de los cometas, compuestos de roca y hielo con una cola característica de gas y polvo. Los modelos anteriores de la Tierra primitiva implicaban que la mayoría del agua procedía de asteroides.

En el caso del Hartley 2, los investigadores utilizaron instrumentos infrarrojos en el observatorio espacial Hershel para descubrir que el hielo del cometa tiene una proporción "D/H" casi idéntica a la del agua salada.

Las medidas de D/H calculan la proporción de deuterio -o hidrógeno pesado, que tiene un neutrón extra- en comparación con el hidrógeno corriente que hay en el agua. "Fue una gran sorpresa cuando vimos que la proporción era casi la misma que la que encontramos en los océanos de la Tierra", dijo Hartogh a Reuters.

"Significa que ya no es cierto que un máximo del 10 por ciento del agua pudo provenir de los cometas. Ahora, en principio, toda el agua podría proceder de los cometas", explicó. Hartogh, que publicó su investigación en la edición digital de Nature, cree que el Hartley 2, cuya órbita actual en torno al sol no va mucho más allá de Júpiter, comenzó su vida en un lugar distinto del sistema solar al de otros cometas estudiados.

Probablemente se formó en el cinturón de Kuiper, que está entre 30 y 50 veces más lejos del Sol que la Tierra, mientras que los otros proceden de la nube de Oort, unas 5 000 veces más lejos.

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