Ochenta líderes científicas de todo el mundo superaron olas de 12 metros de altura en el pasaje de Drake antes de concluir su viaje a la Antártida como parte de la expedición Homeward Bound. Foto:EFE/ Anne Charmantier.
Ochenta mujeres de diversas disciplinas científicas de todo el mundo terminarán este sábado (19 de enero del 2019) su travesía por la Antártida, donde, además de conocer uno de los lugares más bellos del mundo, se reunieron para analizar el poder del liderazgo femenino en asuntos de interés global.
Un día después de superar el pasaje de Drake, que causó olas hasta de 12 metros, con unos vientos de 60 y 70 nudos (entre 120 y 130 kilómetros por hora), las expedicionarias se alistan hoy (18 de enero del 2019) para tocar tierra en su regreso a Suramérica.
“Lo primero que todas tenemos en la mente es la noche que acabamos de pasar por el pasaje de Drake, que como sabemos tiene las aguas más tenebrosas del mundo, y acá todas sobrevivimos a olas de 12 metros de alto gracias al buen timón del capitán y del equipo navegador”, dijo la costarricense Christiana Figueres, artífice del acuerdo de París sobre Cambio Climático e invitada a la expedición.
El recorrido, que comenzó el pasado 31 de diciembre, con mujeres de 35 nacionalidades, en el puerto de la ciudad argentina de Ushuaia, constituye el evento de cierre de la tercera edición del programa australiano de liderazgo femenino Homeward Bound, apoyado por la firma española Acciona.
“Fue una oportunidad de compartir con mujeres de tres generaciones, todas unidas por una sola causa: cómo usar el conocimiento científico que cada una tiene para nutrir su liderazgo y su impacto sobre el planeta“, relató Figueres, también coordinadora de la Misión 2020, que busca que el mundo reduzca la curva de emisiones de gases de efecto invernadero para ese año.
Fabian Dattner, fundadora de la iniciativa, considera que este viaje se enmarcó perfectamente en el proyecto global que dirige, destinado a mujeres del campo de Stemm (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas y Medicina) con miras a aumentar su visibilidad como líderes en el mundo.
De ahí que, durante el trayecto, además de visitar lugares emblemáticos del continente blanco, la organización realizó jornadas intensas para promover la visibilidad de las mujeres y su papel estratégico para afrontar asuntos globales como el cambio climático.
Figueres se refirió a la experiencia de los últimos 18 días en la Antártida y señaló que “ha sido una gran alegría regresar a la Antártida y poder convivir con estas montañas, con ese hielo, con un océano tan espectacular, con los animales que están aquí en la Antártida, con los pingüinos de tres diferentes especies”.
De acuerdo con los organizadores de la expedición, el objetivo del programa es crear una red internacional de 1 000 mujeres interesadas en la lucha contra el cambio climático en un plazo de diez años, para que trabajen juntas en proyectos de diversos campos.
Una de estas mujeres expedicionarias es Daisy Hessenberger,
australiana de 27 años, experta en Genética e integrante de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, quien celebró esta experiencia, con muchos momentos de reflexión y también de diversión.
“La experiencia en este barco ha sido en general una oportunidad de crecimiento pero con muchas turbulencias y altibajos. Uno de los mejores momentos para mí ha sido hablar con Christiana, ella ha estado trabajando en su campo por mucho tiempo y yo apenas estoy comenzando”, sostuvo.
“La combinación de diversión y aprendizaje profundo es como a mí me gusta crecer”, añadió al señalar que este viaje le ha cambiado por completo y ahora tiene más claro qué quiere hacer con su vida.
La expedición Homeward Bound partió el 31 de diciembre desde Ushuaia, considerada la ciudad más austral del planeta, y recorrió el pasaje de Drake , la base argentina Carlini, isla Paulet y la estación estadounidense Palmer