Una aurora boral recompensa a los habitantes de EE.UU. y Canadá

Eddie Irizarry, presidente de la SAC, indicó que el tamaño de la mancha solar ha fluctuado entre 3 a 5 veces el diámetro de la Tierra. Foto: captura del video

Eddie Irizarry, presidente de la SAC, indicó que el tamaño de la mancha solar ha fluctuado entre 3 a 5 veces el diámetro de la Tierra. Foto: captura del video

Estados Unidos y Canadá afrontaron por dos semanas una ola de frío, que alcanzó su cúspide el 6 y 7 de enero. En lugares como Toronto, la temperatura térmica llegó a los 40 grados bajo cero, en Chicago fue de -50 grados y Nueva York vivió a -15,5 grados.

Pero desde el pasado miércoles, 8 de enero, el norte del continente comenzó a superar los estragos causados por el "polar vortex" (vórtice polar). El servicio meteorológico de EE.UU. esperaba que hoy, 10 de enero, los estados norteños enfrenten el último azote del tiempo.

Sin embargo, los habitantes de estas zonas son recompensados con el paso de auroras boreales que se espera brillen hasta mañana, 11 de enero.

La tormenta solar generada por una fuerte llamarada emitida por el Sol, el pasado martes, 7 de enero, chocó con el campo magnético de la Tierra. La aurora boreal generada por este fenómeno será visible en el cielo canadiense y del norte de EE.UU.

Especialistas esperan tormentas geomagnéticas moderas sin consecuencia para los sistemas eléctricos y de comunicaciones.

Se tenía previsto que la llamarada impactara a la Tierra esta madrugada pero la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) lanzó un comunicado en el que advertía que la ráfaga había mostrado un decaimiento en su fuerza, con lo que atrasó su llegada

La NASA por su parte decidió posponer ayer, 9 de enero, el lanzamiento del carguero Cygnus hacia la Estación Espacial Internacional, lo intentará hoy.

La llamarada o eyección de masa coronal, fue lanzada el 7 de enero y pertenece a la categoría X1.2, una de las más altas. Proviene de una enorme mancha solar llamada AR1944, la cual mide 200 mil kilómetros y su núcleo se tragaría a tres planetas.

La actividad moderada de AR1944, había provocado su monitoreo desde hace semanas para estar preparados para el momento en que lanzara una llamarada con dirección hacia la Tierra.

El astrofísico Santiago Vargas Domínguez, Ph. D. e investigador del Big Bear Solar Observatory de California, explicó que los mejores meses para observar las auroras son enero y febrero, cuando la temperatura de la atmósfera baja en zonas de la Tierra como el Hemisferio Norte

“También durante los periodos de mayor actividad del Sol, que es cuando emite mayor cantidad de viento solar; eso sucede cada once años en promedio. En estos momentos este astro presenta máxima actividad”, dijo.

Aclaró que todo el tiempo la Tierra recibe viento solar, “pero cuando hay fenómenos explosivos en la superficie del Sol, se libera una cantidad de materia y energía extra que hace que se intensifique cierta fenomenología en la Tierra, de la que hacen parte las auroras”.

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