El asteroide 2024 YR4, con un tamaño de 55 metros y una velocidad de 48 000 km/h, ha llamado la atención por su cercanía a la Tierra y la Luna.
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Si llegara a impactar la superficie lunar, de acuerdo con Infobae, podría generar una explosión similar a 340 bombas de Hiroshima y crear un cráter de hasta 2 kilómetros de diámetro. Aunque la probabilidad de que colisione con la Luna es de solo 0,23%, su impacto se ha incrementado al 1%, lo que ha puesto en alerta a los astrónomos.
Consecuencias para la Tierra y la Luna
Aunque el choque con la Luna podría ser espectacular, las consecuencias para la Tierra serían mínimas. Según el astrónomo Diego Bagú, citado por Infobae, cualquier material expulsado del cráter lunar se desintegraría al entrar en la atmósfera terrestre. A decir de Gareth Collins, citado por el mismo medio, este impacto simplemente formaría un cráter y liberaría escombros, sin que estos afectaran a nuestro planeta.
Video sobre lo que se sabe del asteroide 2024 YR4:
Defensa planetaria y futuras misiones
La defensa planetaria sigue siendo una prioridad, y la tecnología para desviar asteroides ha avanzado. Misiones como la DART de la NASA demuestran que es posible desviar asteroides mediante impactadores cinéticos, informa Infobae. Aunque el asteroide 2024 YR4 no representa una amenaza directa, la vigilancia constante será crucial, especialmente con los planes de establecer bases humanas en la Luna.
Monitoreo y cooperación internacional
El asteroide 2024 YR4, clasificado como un Objeto Cercano a la Tierra (NEO), presenta una probabilidad de impacto del 3,1% para fines de 2032. Con un diámetro de 55 metros y una masa de 2,2 × 10^8 kg, su impacto liberaría una energía equivalente a 520 veces la bomba de Hiroshima. Sin embargo, la probabilidad de un impacto directo es baja y, según el Observatorio Astronómico de Quito en su último boletín, el nivel de riesgo sigue siendo 3 en la Escala de Turín, lo que requiere vigilancia pero no representa una amenaza inminente. El impacto sería más probable en el océano, dado que cerca del 70% de la Tierra está cubierto por agua.
Seguimiento y medidas preventivas
El asteroide continuará siendo monitoreado hasta abril de 2025, a través de telescopios terrestres y el Telescopio Espacial James Webb para obtener datos más precisos. La ONU ha activado el Protocolo de Seguridad Planetaria, y NASA, ESA y otros centros de investigación trabajan en la evaluación de estrategias de mitigación. Aunque los científicos aseguran que la probabilidad de impacto es baja, instan a seguir únicamente información oficial, mientras continúan refinando los datos sobre su trayectoria y posibles efectos, concluye el Observatorio Astronómico de Quito.
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