Durante 34 días, científicos realizaron investigaciones en la Antártida. Foto: tomada de la página del INAE.
El cambio climático y la búsqueda de microorganismos que aporten a reducir la contaminación son parte de las nueve investigaciones dentro de la vigésimo segunda expedición del Instituto Antártico Ecuatoriano (INAE). El periplo duró 34 días y este miércoles 14 de marzo del 2018 hicieron un balance de los resultados.
Gabriel Abad, director del INAE, explicó que este año hubo 31 expedicionarios, entre investigadores de universidades e institutos, y personal de logística. También se unió el Instituto Antártico Colombiano, con dos proyectos científicos. El centro de operaciones es la estación ecuatoriana Pedro Vicente Maldonado.
Carlos Banchón es docente de Ingeniería Ambiental de la Universidad Agraria del Ecuador. Su proyecto busca generar el mínimo impacto en el continente antártico, durante las campañas. “Lamentablemente otras estaciones no están muy preocupadas de sus desechos orgánicos. Más del 60% no hace un cuidado intensivo de sus desperdicios”.
En los recorridos por el continente helado, Banchón analizó algas y microorganismos que contribuyen a la degradación de lodos residuales (heces fecales). También indagó los minerales de la orilla, como cuarzo y granito, para degradar contaminantes del agua. “Es un proyecto que luego se puede aplicar en el continente, en sitios como el Estero Salado de Guayaquil y el río Machángara, en Quito”, explicó.
Julio Ortiz, jefe de la expedición, indicó que los desechos de la estación Pedro Vicente Maldonado son repatriados para mitigar la contaminación del ecosistema antártico. Además habló de proyectos anteriores, que están en fase final de aplicación. Entre ellos destacó la biodegradación de hidrocarburos y de látex con microorganismos.
Ortiz, al igual que otros expedicionarios, ha sido testigo del retroceso de las capas de hielo como efecto del cambio climático. Willington Rentaría, jefe de Oceanografía del Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar), centró su estudio en el impacto de este fenómeno global en las corrientes marinas.
“La biodiversidad está ligada al régimen de corrientes. Las corrientes que conectan la Antártida con la región ecuatorial son de vital importancia para esa biodiversidad. Queremos conocer cómo está ese modelo de circulación costera y cómo irá cambiando en los próximos años, en función del cambio climático”, explicó Rentería.
Para ampliar los estudios con estadías permanentes, Abad dijo que sigue en marcha la preparación de la estación Pedro Vicente Maldonado. La base está ubicada en las islas Shetland del Sur. Opera desde 1990 y solo se abre en los veranos australes.
Desde el 2012 se planteó un proyecto para convertirla en un laboratorio permanente. El actual director del INAE explica que trabajan para cumplir esa meta dentro de cuatro años. En esta última expedición avanzaron con la construcción de las bases para un nuevo módulo de mando y control.