Chone tiene una ruta del chame

La pesca y la preparación del chame es parte de las tradiciones de las familias montuvias de Chone. Fotos: Katherine Delgado / para EL COMERCIO

La pesca y la preparación del chame es parte de las tradiciones de las familias montuvias de Chone. Fotos: Katherine Delgado / para EL COMERCIO

La pesca y la preparación del chame es parte de las tradiciones de las familias montuvias de Chone. Fotos: Katherine Delgado / para EL COMERCIO

Una ruta turística en el cantón Chone, en Manabí, se armó con el fin de conservar a una de las especies marinas de la tradición gastronómica de los montuvios.

El pescado conocido como chame es básico en la dieta de los manabitas de la zona y es una pieza esencial de su estilo de pesca en aguas dulces.

Los guardianes del chame llevan a los turistas a dar un paseo por todo el trayecto que recorre esta especie. En un paseo que dura tres horas, los visitantes conocen cómo se pesca el chame en las aguas de la reserva La Segua.

Los pescadores recorren el estuario en pequeñas lanchas según la fuerza que ponen al mover el remo. La salida debe ser puntual. La clave es empezar en la madrugada para obtener la mayor cantidad del producto tradicional de esta zona.

Ángel Gonzales, pescador del sitio Sinbocal, en la parroquia San Andrés, cuenta que es más fácil encontrar abundantes chames a partir de las 05:00. A esa hora, los pescadores empiezan a lanzar sus redes y anzuelos en el río.

La segunda parada de la ruta del chame está en las viviendas ubicadas al filo de la vía de esta área rural.

A lo largo del trayecto de 120 kilómetros se observa letreros que anuncian la venta de las larvas de esta especie. La gente de la zona las recoge regularmente en las orillas de la reserva La Segua.

Cándida Zambrano, una de las mujeres que vende los alevines, asegura que de esa forma garantizan la existencia del pez de ese humedal.

Mientras los hombres pescan la especie en su etapa adulta, las mujeres recogen las larvas y las guardan en un recipiente adecuado para que se conserven en buenas condiciones hasta que llegue el momento de ponerlas a la venta.

Para que los turistas conozcan al pez en su hábitat natural, los montuvios de Chone los llevan a la laguna de la reserva La Segua, que abarca un área de 1 836 hectáreas.

Durante el recorrido en lancha se divisan las especies en los alrededores de una especie de islas de lechugines que se forman en el espejo del agua.

Con la ayuda de binoculares, incluso se alcanza a observar cardúmenes de chame.

Los pescadores aprovechan cuando encuentran estos grupos para tender sus redes a lo largo de los islotes y de esa forma capturan el mayor número de peces, señala la guía nativa de la reserva de La Segua, María Auxiliadora Corral.

En esta parroquia del norte de Chone, este pez es parte de una tradición popular.

En septiembre de cada año, se realiza el festival del chame, con el fin de atraer a turistas de todo el país. Este año, por ejemplo, se prepararon unos 1 500 platos de esta especie.

Teresa Mendoza, habitante del lugar, cuenta que lo atractivo de este encuentro es que se ofrece un pescado fresco, que se captura ese momento. Y la gente del lugar prepara el plato con todos sus ingredientes en presencia del turista.

La presentación del plato es el cierre la ruta que los montuvios de Chone idearon para mantener intacta la tradición de preparar esta delicia.

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