La chinchilla, un roedor amenazado de extinción en su hábitat originario de los Andes, se ha convertido en una popular mascota en Francia.
Cuando Elodie Jacquot regresa a casa del trabajo, su mascota apenas se prepara para comenzar el día. Sorgo, una chinchilla gris de 4 años, se volverá a dormir cuando ella salga la mañana siguiente.
La chinchilla, roedor de orejas redondas, cuerpo regordete, pies y manos diminutos y cola larga, es un animal nocturno que se adapta fácilmente a la vida doméstica. Durante el día duerme profundamente y ni la máquina de lavar ni la aspiradora la molestan.
“Son un poco como un conejo, una ardilla y un ratón juntos” , señaló Jacquot, quien vio una chinchilla por primera vez cuando estudió en Inglaterra. Cuando más tarde decidió comprar una mascota, este roedor rápidamente se convirtió en su primera opción.
Jacquot quería un perro, pero su departamento es pequeño y tiene un empleo de tiempo completo. “Quería un animal que no se sintiera solo cuando me iba al trabajo. Soy alérgica a los gatos”.
Las chinchillas, valoradas por los incas y los españoles por su piel, estuvieron cerca de desaparecer a comienzos del siglo XX debido a la caza indiscriminada. A pesar de los esfuerzos por protegerlas, su piel es aún considerada una de las más lujosas -y costosas- en el mundo.
Existen dos especies de chinchilla: una de cola corta, que se encuentra en las montañas de Perú, Bolivia, Chile y Argentina, y una de cola larga, que solamente habita en los Andes chilenos.
El estadounidense Mathias Chapman obtuvo permiso para llevar siete machos y cuatro hembras a California en 1928 para la crianza en cautiverio.
Se cree que casi todas las chinchillas domésticas, un cruce entre las dos especies salvajes, descienden de los ejemplares criados por Chapman.
Las chinchillas de compañía, muy populares en Norteamérica y Europa, heredaron algunas costumbres de sus antepasadas.
Cuando sienten miedo comienzan a soltar pelo, un hábito útil en la montaña para escapar de depredadores como el cóndor.
Los hábitos de cuidado de una chinchilla no son complejos, pero son algo particulares y deben ser seguidos al pie de la letra. Requiere una jaula grande, donde pueda saltar y correr, además de protección de temperaturas elevadas y de corrientes de aire.
Las chinchillas pertenecen en Francia a la categoría de “nuevos animales de compañía” , que incluye especies exóticas como las iguanas y los hurones. Su popularidad ha crecido tanto que pueden ser reclasificadas como animales domésticos. Una chinchilla de compañía cuesta entre USD 200 y 250 y puede llegar a vivir más de 10 años.
Para velar por el cuidado de los pequeños roedores, hace tres años, un grupo de apasionados creó la Asociación Francesa de Chinchillas de Compañía. Esta cuenta con una red de veterinarios y organiza concursos de belleza de chinchillas.