Quirófanos y áreas de emergencia, triaje y camas para la hospitalización funcionan en carpas que fueron donadas por Samaritan’s Purse, en Chone. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
En 15 carpas ubicadas en el sector de Los Naranjos funciona actualmente el hospital Napoleón Dávila Córdova de Chone, mientras se construye el nuevo edificio que se espera esté listo en 18 meses. La obra se levantará con un préstamo no reembolsable de USD 55 millones de China.
Antes, el hospital prestaba atención en las calles Amazonas y Manuel de Jesús Álvarez, en el centro del cantón manabita. Pero con el terremoto del pasado 16 de abril, la estructura de cinco pisos colapsó. Luego fue demolida y ahora empezó a levantarse un nuevo edificio.
El día del terremoto, 80 pacientes que estaban en el hospital fueron evacuados. En el patio armaron algunas carpas de atención, pero ante la vulnerabilidad de la estructura se reasentaron en una plazoleta desde el 27 de abril.
Casi dos meses después se trasladaron al hospital viajero que instaló la ONG estadounidense Samaritan’s Purse. La fundación donó las carpas al Ministerio de Salud.
Benhur Rodríguez, gerente del hospital, afirma que donde están ahora prestan los mismos servicios que tenían antes de ser afectados por el sismo. Allí se mantienen las áreas de triaje, emergencia, hospitalización y laboratorios.
Los pacientes que llegan a Consulta Externa son atendidos por dos médicos en la primera carpa de la entrada. Los turnos siguen siendo agendados a través de un call center.
Hace dos semanas, María Pín llevó a su mamá Rosa Torres al hospital porque tenía dolencias en el estómago. Contó que recibió ayuda inmediata. “La revisaron y nos dieron pastillas para el ardor”.
En la entrada al hospital móvil se habilitó una sala de espera con sillas plásticas para los familiares. Allí estaba, el martes 22 de noviembre José Cedeño, a la espera de que su hijo de 6 años saliera bien de una cirugía en su meñique. El menor se cortó el dedo jugando con unas tijeras y fue intervenido.
Según Cedeño, la atención fue buena aunque con las limitaciones de no estar en un sitio cerrado. “Estamos conscientes que no es lo mismo esto que estar en un edificio donde podemos contar con más equipos quirúrgicos”, sostuvo. Con el terremoto hubo una pérdida de alrededor de 8,66 % del equipamiento, entre camas, ventiladores y mobiliario.
El resto de los equipos del hospital fue trasladado hasta las carpas. Ahora hay 72 camas censables (con sus respectivos equipos) y 11 no censables; todas las áreas tienen acondicionadores de aire. El total de los bienes del hospital es de USD 7 800 000, según los inventarios. Además los ingresos de los pacientes están digitalizados en una red interna.
En el área de emergencia y cuidados intensivos atienden entre 80 a 110 pacientes por día, con diferentes patologías. Allí laboran entre cinco a seis médicos, residentes y tratantes, que tienen el soporte de cirujanos clínicos y traumatólogos.
Daniel Velecela, director de esta área, reconoce que no es lo mismo trabajar en carpas que en un edifico de hormigón, con mejores adecuaciones. Pero pese a ello infunde al personal a su cargo a trabajar con buena actitud y predisposición para brindar ayuda médica de calidad.
En el lugar donde estaba la antigua edificación ya hay movimiento. Una excavadora de la empresa china CAMC Enginneering Co. Ltda., removía escombros hace una semana. En el ingreso al sitio donde se levantará la renovada casa de salud hay una bandera de Ecuador y otra de China.
Según el gerente Rodríguez, el apoyo extranjero es fundamental para este hospital, que será entregado nuevo y con tecnología de punta. “Contará con 120 camas; antes eran 136. Bajará el número, pero no será ningún problema, ya que siempre tuvimos una ocupación máxima del 70% de las camas”. Además tendrá cinco quirófanos y 16 consultorios.
La nueva edificación continuará como un hospital de categoría dos, manteniendo cuatro especialidades básicas: cirugía, medicina interna, ginecología y pediatría. Además, beneficiará a 300 000 habitantes de seis cantones del norte de Manabí como Chone, Flavio Alfaro, Junín, Bolívar, Tosagua y Calceta.
Los cambios más profundos serán en su modelo sismorresistente. En los diseños ya no se esbozan cinco sino dos pisos. El gerente recalca que esto facilitará la movilización de los pacientes entre las áreas.