Chimborazo festeja la nueva temporada con ceremonias
Valeriana Anahuarqui presidió la ceremonia del 2016.
La elección de las cuatro Ñustas de fuego, un desfile con danzas tradicionales, ceremonias y un ritual marcaron el inicio de la temporada seca en Chimborazo. En las comunidades indígenas durante esta época se rinde homenaje a la masculinidad y se agradece al sol por la vida.
“El fuego, asociado al sol, al calor y a la energía, es uno de los elementos fundamentales para la cosmovisión andina. El Inti Raymi (Fiesta del sol) es una de las celebraciones más importantes del calendario andino”, explica José Parco, director de la Unidad de Interculturalidad del Municipio de Riobamba.
El Cabildo incluso planificó varias actividades que se cumplirán en la urbe y en las parroquias rurales para recordar esta fiesta sagrada para las nacionalidades indígenas, y para vincular a la población mestiza con sus raíces. La agenda se inició la semana pasada y concluirá el próximo 28 de junio.
Según los yachaks de Chimborazo, recibir la energía solar durante este tiempo requiere una preparación especial, por eso organizan ayunos, baños rituales y ceremonias con ofrendas para la Pachamama.
La preparación para festejar al sol se inició con una ceremonia liderada por la Unión de Pueblos Originarios de América, integrada por 17 yachaks de los países de la región andina. Ellos se reunieron la tarde del viernes pasado en la quebrada de Santa Cruz para despedir al sol en el ocaso y para agradecerle por la vida.
Pero eso solo es el inicio. La celebración que dura casi un mes, incluye también el canto del jaway durante las cosechas de los granos secos como el trigo, la cebada, la quinua, el maíz, entre otros.
Según Parco, este canto es distinto al de otras temporadas porque está dedicado al sol y se hace principalmente en la zona central del país. “En cada región los festejos son diferentes y se hacen de acuerdo con la posición del sol”, explica.
En las provincias del norte, por ejemplo, las comunidades festejan el solsticio de junio en las cascadas y las fiestas tienen mayor duración porque se piensa que durante esa época el sol está de ese lado.
Entre tanto, en la región central el Inti Raymi se celebra en los denominados ojos de agua. Los yachaks dicen que allí hay una energía especial, porque son sitios donde nace la vida. También se celebra en las chacras del campo y en los templos ancestrales.
Otra celebración relevante en la agenda es la elección de las Ñustas de Fuego. Cuatro jóvenes son seleccionadas en sus comunidades para encabezar los festejos. Antiguamente, las mujeres se preparaban desde la infancia para cumplir esa designación, mientras que hoy se eligen las chicas con más aptitudes de liderazgo.
El día preciso para celebrar el Inti Raymi es el 24 de junio. En esa fecha los yachaks encienden fuego en el centro de un círculo ceremonial y hacen peticiones. Astronómicamente, ese es el día en el que el sol permanece más cerca de la tierra.
Entre tanto, el 28 de junio es el día más frío del año y también el día en el que el sol se aleja. Para las comunidades indígenas esto representa un nuevo nacimiento, por lo que hay que proteger al ‘Taita Inti’ con la ceremonia que se conoce como Inti Watana, que significa que espiritualmente el sol se amarra a la tierra.
Esta celebración coincide con las fiestas católicas de San Pedro y San Pablo, que se celebran con el encendido de chamizas en las calles. Parco cuenta que esta tradición mestiza representa la simbiosis cultural, por la similitud en el encendido de fuego.
Pablo Narváez, director de la Unidad de Gestión Cultural del Cabildo, explica que para Riobamba esta fiesta es especial, porque se rinde homenaje al patrono San Pedro.
“La celebración urbana también tiene un origen intercultural. Los mestizos encienden y saltan la chamiza porque es el día más frío del año, mientras que la cultura indígena enciende el fuego para amarrar al sol”, dice Narváez.