En América del Sur existen, actualmente, 12 320 casos confirmados de chikungunya. Foto: AFP.
12 320 casos confirmados y 759 740 sospechosos. Esas son las cifras que el virus chikungunya dejaba hasta el viernes pasado (17 de octubre) en las Américas.
En Sudamérica, el vecino país Colombia cada vez suma más casos autóctonos (168 confirmados y más de 13 000 sospechosos). El virus también avanza en Venezuela y Brasil.
“Estamos a la espera del virus; estamos conscientes de que es inminente”, asegura Paulina Ríos, de la Dirección Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Salud Pública (MSP).
La fiebre chikungunya es una enfermedad vírica transmitida al ser humano por mosquitos infectados, específicamente el Aedes aegypti, que también es el vector del dengue.
Para reducir su impacto, las autoridades refuerzan medidas como la preparación de los centros de salud ante una sobredemanda de pacientes, la vigilancia epidemiológica y la capacitación del personal médico en la detección oportuna de síntomas.
Aunque en Ecuador solo se ha presentado un caso importado en Loja, Roberto Montoya, miembro de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), reconoce que se corre el riesgo de una infestación grande. “Entre el 40 y 60% de la población puede afectarse durante un brote de chikungunya. Por eso hay que trabajar para evitar que tenga esas magnitudes”.
Si bien la fiebre del chikungunya no tiene una alta letalidad, sí produce incapacidad por el intenso dolor en las articulaciones. Sus síntomas más frecuentes son fiebre (96% de los casos), dolor e inflamación articular (95 a 100%). Este último signo se genera por edemas debido a acumulación de líquido articular.
Montoya explica que se puede seguir experimentando dolores después de dos o tres años de haber contraído el virus. De ahí que el plan del Ministerio de Salud también incluya el apoyo de reumatólogos y terapistas físicos para los pacientes que desarrollen poliartritis en fases agudas o crónicas.
Otros de sus síntomas son dolor de cabeza, dolores musculares, náuseas, vómitos, rash (sarpullido) y conjuntivitis. Los signos aparecen tres o siete días después de la picadura del mosquito portador del virus.
No existe un tratamiento específico ni una vacuna disponible para prevenir la infección. El paracetamol es el único medicamento recomendable ante la aparición de síntomas, hasta que se confirme el diagnóstico con pruebas de laboratorio.
El chikungunya se reportó por primera vez en 1952, en Tanzania (África). Significa ‘el que se encorva’, debido a los problemas articulares. En 1960 hubo un brote en Tailandia (Asia) y a finales de 2013 se registró por primera vez en América, en la isla Martinica (1 515 confirmados y 66 440 sospechosos, hasta ahora).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el virus se ha detectado en casi 40 países de Asia, África, Europa y las Américas. En el continente, los esfuerzos apuntan a controlar el Aedes aegypti, que en la década del 50 fue erradicado tras un brote de fiebre amarilla. Sin embargo, en los 70 volvió a diseminarse.